una cita desastrosa capítulo 5



capítulo 4


 Esta sin duda sería la más horrible y penosa cita de toda mi vida, la primera y única con este alfa, me prometí, este bochornoso día sería algo que muy seguramente recordaría por el resto de mi vida, hasta incluso, sería la horrenda historia de desamor que les contaría a mis nietos. Suspirando, regrese a mi realidad cuando Alem mencionó el nombre de la ridícula película que estaba proponiendo.

—¿entonces vemos la película de mi inesperado destino? He escuchado…que…—con recelo lo mire, quien creía que era yo, un omega super dulce y loco por las comedias románticas, ¡que se joda!
—¡al demonio con eso…veremos la matanza de los muertos vivientes 3!!!
Dije con convicción asombrándolo—estás seguro, esa película es un poco sangrienta y de terror…
—¡y que según tú por ser omega debo ver películas dulces, tiernas y de amor, no es que critique ese género, pero no me gusta, amo el terror y si no te gusta ya empezamos mal en esta cita! —reprendí, sorprendiéndome de mala manera por su respuesta.
—¡cita, jajaja en qué momento he dicho que esto es una cita, es una salida de amigos! —reprocho frunciendo el entrecejo.
—¡pero, que…t-ú… ni amigos somos!—respondí sintiendo mi cuerpo temblar, ante la estúpida excusa, definitivamente no entendía a este alfa, quien por cierto debido a sus instintos cavernícolas me había obligado a usar su chaqueta, solo porque decía que mi ropa era demasiado desvergonzada, aún estaba enojado por eso, porque había pasado horas escogiendo el atuendo perfecto, eso hasta donde sabía eran celos de pertenencia, esto era una puta cita por más que intentara ocultarlo.
—ya lo sé, pero eso no quita que podamos convertirnos en buenos amigos, además me debes esta salida por lo que me hiciste pasar…
—¡esto es ridículo, no es como que yo pueda controlar mi naturaleza omega por si no lo sabes!!!
—no me importa…me torturaste y tu padre intentó matarme, así que ahora harás lo que yo te digo…
—¡NEANDERTAL!!!
Me queje sin mucho éxito y él muy idiota ni se inmuto, por el contrario, una descarada sonrisa se formó en sus labios, por lo que irritado decidí usar mi arma secreta, está siempre funcionaba. Primero para distraerlo hice mi mirada más tierna de derrota con un adorable puchero y cuando este bajó la guardia, sonrojándose y desviando la mirada, sonriendo en victoria le pasé rápidamente en la fila y compré dos boletos para la película que quería ver.
—¡me has engañado tú…pequeño!!!
Renegó—pues perdón, pero no es como que me importe de todos modos, además esa película es ridícula… destino, un omega y alfa que se conocen, sufren para estar juntos y al final se casan y tienen un centenar de niños, taaaaaannnnnn cliché, me aburro, la matanza de los muertos vivientes 3 es mejor que esa bazofia…
—cómo puedes decir eso, aun ni la has visto y ya la estas criticando…
-no hace falta ni verla con los tontos trailers que pasan en internet ya me spoliee toda la película, así que deja de ser ridículo, veremos la matanza de los muertos vivientes 3 y punto, esa si vale el boleto del cine…
—“haaaaa….por dios, porque decidí salir contigo”-reprocho cruzándose de brazos en un semblante enojado que solo logró divertirme, ambos entramos al cine, yo por mi parte con una gran sonrisa de satisfacción y Alem con una cara de amargado, compramos un cubo enorme de palomitas, un centenar de dulces y buscamos nuestros asientos, media hora después cuando, estaba empezando lo bueno, sucedió algo irreal y ahí supe el verdadero motivo por el cual Alem no quería ver esta película…este alfa no era lo que aparentaba. Mientras los zombis en la película se comían a la novia del protagonista, una mano me agarro fuertemente poniéndome los pelos de punta, cuando gire mi vista vi que Alem, el alfa totalmente rudo y neandertal , estaba con una cara de espanto temblando mientras con la otra mano se tapaba los ojos y repetía cosas como “solo es ficción no es real” y “por dios que ya sé acabe” palabras que por poco me hicieron estallar en carcajadas, sin embargo, mordiendo mis labios intente frenar mi burla y un pensamiento molesto me llego a la mente “tierno”, era la segunda vez que lo pensaba, irritado y sin saber porque, apreté su mano mientras susurraba a su oído “todo está bien, si estas con migo” dije observando como sus mejillas se sonrojaba y sin explicación alguna se levantó súbitamente huyendo a la salida
—patético…—susurre en tono de burla, pero por más que intente concentrarme en la película su rostro sonrojado y su cara aterrada era algo que aún seguía distrayéndome, era adorable, pero también terriblemente molesto, sin embargo, no quería hacer otra cosa más que seguirlo. Refunfuñando comí el último bocado de palomitas y sin querer admitir el verdadero motivo, fui a buscarlo “es solo porque debemos irnos juntos” me excusé.
Al llegar a la sala, no lo vi, por lo que supuse que estaría en el baño, camine por un pasillo a la par de una pequeña tienda de dulces y al fondo estaba el baño de hombres, al entrar vi sus pies hasta el final de unos de los cubículos.
—oye, se supone que esta es una salida de amigos ¿no? Así que ¿por qué me dejaste solo?…
—¡no entrare de nuevo a ver esa película!
—estas asustado, jajaja—reí escuchándolo gruñir tras de la puerta del baño.
—no es mi culpa…es solo que…cuando tenía 6 mi mamá nos llevó a ver la bella y la bestia, pero la llamaron del trabajo, por lo que Aleix se quedó a cargo y nos metió a otra sala de cine a ver una película de terror solo para hacerse el valiente frente a sus compañeros de clase.
—porque no me sorprende…—repetí imaginándome aquel demonio torturar a Alem de pequeño.
—si…la película se llamaba el umbral y desde entonces no tolero las películas de terror, búrlate si quieres, ya no me importa, pero no pienso entrar al cine nuevamente—murmuró emitiendo un leve gemido.
—el umbral—repetí sabiendo al instante a cuál película se refería, esta había sido unas de las películas más aterradoras de la historia e incluso a mí me daba miedo verla solo.
—bueno, no es para tanto, además ahora eres un gran y fuerte alfa, así que comportante…
—lárgate, déjame solo, eres tan molesto—gruño, por lo que con convicción y enojo abrí la puerta del baño estrepitosamente de una patada sorprendiéndolo- ¡por favor, enserio quiero ver esta película! —me queje
—¡pues ve solo, no pienso entrar!
—¡no quiero, se supone que estamos en una salida de “amigos” y ambas personas deben hacer cosas juntos y tu no estas respetando eso! —dije enojado e intentando hacer mi carita más tierna que ya intuía de antemano era su debilidad—¡no lo haré!!! —se resistió, pero para este momento ya sabía cómo manipularlo, por lo que, acercándome, lo abracé y actúe lo más lindo e inocente que podía.
—por fis…
-no…
—por favor…sollocé agarrando su camisa y dejando mi enojo de lado para actuar todo tierno e inocente.
—no, no, no…
—porfa Alem…
—haaa…por-que-a mi…soy tan…está bien-tartamudeo al contestar mientras con su brazo tapaba su rostro sonrojado haciendo que algo malvado en mi despertara, era la primera vez que le ganaba a un alfa, “bueno, por lo menos no es tan malo como creí” pensé siendo derribado ahí mismo—pero, solo iré con una condición y solo una…—dijo haciéndome saber que esto era algo que sin duda odiaría, todo dejo de ser divertido cuando al regresar a la función, termine en su regazo y el muy idiota estaba abrazándome como su osito de peluche personal, al final no había ganado nada, por el contrario, había sido él manipulado.
—¿sabes que nada es real, ¿verdad?
—c-claro…haaaa…-gimoteo abrasándome con más fuerza haciéndome poner los ojos en blanco por su estupidez.
—al menos déjame regresar a mi asiento, no estoy disfrutando la película porque estas siendo infantil—acuse entre susurros para no molestar a nadie—aún no…además, fuiste tú el que acepto en mi primer lugar—murmuró temblando mientras cerraba los ojos y sumergía su rostro en mi cuello, su respiración me hacía estremecer y poner caliente.
—basta…
Susurré, pero solo conseguí que el muy bastardo se riera de modo sexi en mi oído, enojado acerque mi rostro al suyo—eres un aprovechado—susurre en la oscuridad de la sala de cine clavando mis uñas en su brazo, pero Alem con un leve gruñido de dolor acercando su rostro al mío me dio un beso, un pico inocente al principio que luego se convirtió en un apasionado beso en el segundo, nuestros cuerpos se acercaron aún más y aproveche este momento para tocar su suculento abdomen y el muy pervertido aprovecho para apretar mi trasero y aunque me molesto, no me importo mucho, no cuando nuestros labios se acariciaban entre sí, nuestras lenguas se enredaban la una con la otra, Alem mordía y chupaba mis labios, cuando nos separábamos para respirar y luego continuábamos, estaba tan absorto viviendo el momento que de un momento a otro, paso al tiempo y ya ninguno estaba viendo la película, las luces repentinamente se encendieron y Alem alejo sus labios de los míos degustando los propios suyos mientras me miraba con malicia y me di cuenta, habíamos pasado una hora besándonos.
—creo que es la primera vez que veo una película de terror completa—dijo descaradamente-¡haaaaaaa!!!-me queje levantándome estrepitosamente de su regazo, mis labios se sentían aun calientes e hinchados, era algo tan increíble que aún me costaba el aceptar que nos habíamos besado durante toda la película, pero las evidencias estaban ahí, su ropa estaba desarreglada y tenía uno que otro arañazo en su cuello y las personas se nos quedaban viendo unas horrorizadas y otras riéndose, era tan vergonzoso por lo que susurrándole “ ¡idiota! ” me fui a toda velocidad siendo perseguido por él.
—hay, vamos no es la gran cosa muchas personas solo van al cine por eso…no es como que seamos los primeros
Rió burlonamente.
—¡cállate no quiero saber nada! —solloce con mi rostro ardiendo, pasando de la sala del cine a la salida, antes de llegar a la calle Alem me abrazo por la espalda intentando reconfortarme.
—ve el lado bueno nadie nos conoce por lo que no tendrás que mortificarte por toparse con alguno de ellos
—¡¿el lado bueno? eres un idiota y pensar que sentí pena de tu fobia por las películas de terror, has jugado con mis sentimientos Neandertal pervertido! —solloce, lágrimas de vergüenza caían por mis mejillas para ese momento, Alem con un semblante preocupado limpio desesperadamente las lágrimas de mis mejillas—¡por favor no llores, no era mi intención…soy un idiota y neandertal y todo lo que quieras, pero no quiero verte llorar, que tal si te invito el almuerzo y un regalo sorpresa!
Sugirió con una gran sonrisa sospechosa, se veían tan guapo, pero sabía que aquella belleza era mentira, una farsa, algo tramaba, sin embargo, aquello de comida gratis y un regalo, era demasiado tentador, dejando a un lado mi auto preservación asentí a su propuesta, quién podía oponerse a cosas gratis después de todo, además que era lo peor que podía hacer, llevarme a un hotel y hacer cosas pervertidas como pago a todo lo que supuestamente lo había hecho pasar, sonrojándome sentí un calor estremecer mi cuerpo, mi agujero se apretó con expectación de al fin ser llenado, “maldito calor post celo” murmuré abanicándome la cara con la mano, realmente odiaba mi desastroso cuerpo, porque no podía tener un ciclo normal de celo como los otros omegas
—dijiste algo
—nada…—respondí mordiendo mis labios nerviosamente—está bien, pero jamás saldré en una cita contigo otra vez…—enfurruñado exprese.
—esto no es una cita
Volvió a repetir con el rostro todo rojo, no tenía idea del porque lo seguía negando, pero cuando lo dijo otra vez, rodando mis ojos decidí ser sarcástico por su estupidez, alguien tenía que hacérselo ver
—si tienes razón, porque en una salida de amigos ellos van al cine solo para besarse, pero que buenos amigos somos…
—acaso es sarcasmo lo que escucho…—con el rostro oscurecido exclamó, pero ya me daba igual.
—haaaa piensa lo que quieras Neandertal porque si quieres seguir fingiendo que esto es una salida de mejores amigos, puedes seguir engañándote, no te diré nada—exprese viendo como su entrecejo se frunció y con una sonrisa falsa cambió de tema el cobarde.
—bueno como sea…que quieres comer yo invito—dijo con esa tan encantadora sonrisa que ya me conocía de antemano, porque era la misma sonrisa que su malvado hermano ponía cada vez que estaba enojado y lo ocultaba, pensaba él acaso que con esa sonrisa falsamente encantadora me haría olvidar la vergüenza de haber estado una hora en su regazo comiéndonos la cara en un lugar público, definitivamente no lo entendía, le gustaba o no, pero no era como si importara porque, aunque le gustara nunca ni en millón de años saldría con él.
Aunque esa era mi irrefutable decisión, por algún motivo estúpido ambos habíamos terminado agarrados de la mano riendo mientras comíamos pizza, mirábamos directamente a los ojos sonriendo, mi corazón estaba latiendo como loco y mi expectación crecía por lo que haríamos después de esta “salida de amigos” al salir de la pizzería nos tomándonos fotos por todos lados como un par de imbéciles enamorados, incluso entramos a un parque infantil y jugando en el sube y baja, mientras los niños se nos quedaban viendo raro y se si lo preguntan, si, aun no entendía cómo era que habíamos llegado a esto, pero no sería mi novio, aunque me podía divertir y dejar desvirga por él, fin de la aclaración.
—¡basta pareces tonto!
Me reí la verlo usar una diadema de orejas de conejo, después de nuestro ridículo acto en el parque ambos nos habíamos dirigido a una tienda en la esquina para comprar mi “regalo” —que no te parezco sexi
—pero, por supuesto que no, te ves como un prostituto—lo moleste viendo cómo hacía el indignado falsamente—así…—dijo y luego colocó una diadema con orejas de gatito en mi cabeza—te queda totalmente, arisco como un gato—dijo con una expresión sarcástica—lo que digas neandertal…—exprese viéndolo suspirar de desespero, al no mencionar su nombre—espero que esto no sea mi regalo…—acuse con puchero viéndolo sonrojar a través del espejo de los vestidores de la tienda.
—no…lo es, pero si te gusta no dudare en comprártelo, solo espero que lo lleves al instituto, mi lindo gatito…
—idiota…—con un codazo a su estómago me queje—que violento eres gatito—dijo entre risas ahogadas por el golpe— ¡lo que sea, ya quiero mi regalo más te vale que sea lindo!
Amenace emocionado, mordiendo mis labios y sintiendo mi cuerpo temblar de deseo, mi agujero se apretaba ansioso y algo húmedo, por mi regalo y no es que esperara algo pervertido de regalo, no, solo era mi estúpido calor post celo y mis ansias por sexo, estaba más que cansado de ser virgen, después de todo. —ven— dijo con una sonrisa llevándome a un lado de la tienda donde había un gran aparador brillante con cientos de joyas, mis ojos se iluminaron al verlos, mis padres nunca me habían comprado joyas a pesar que sabían que me gustaban, según ellos mi posible esposo debía comprarme mi primer anillo o collar según como era la costumbre entre los omegas, era estúpido y arcaico, pero era la única tradición que practicaban y les parecía “romántica”
A través de la vitrina vi un collar realmente hermoso, era una gargantilla de oro con una rosa y en el centro esta tenía un pequeño diamante rosa, me quedé embelesado al verla.
—supongo que ese collar te gusta…—se acercó Alem con una extraña sonrisa maliciosa que no me importo en ese momento por la hermosa pieza.
—si…es tan lindo…
Dije algo distraído mientras Alem le indicaba a la vendedora cual collar me gustaba—por favor con las especificaciones que le mencioné aquella vez—dijo haciéndome dudar un poco. — bien se lo traeré dentro de una hora
—¿qué especificaciones?
—nada complicado ni importante descuida y sigue viendo cosas en la tienda—expreso con una sonrisa falsa que me hizo saber que quizás se lo pagaría con mi cuerpo, me sonroje al solo imaginarlo y mis ansias por irnos aumentaron, tan distraído y estúpido fui, después de una hora la chica del mostrador regreso con mi hermoso collar en una cajita de terciopelo azul.
—déjame yo te lo podré—sugirió Alem y gustoso asentí cuando la gargantilla ya estaba en mi cuello el sonido del Clack común de una cerradura me hizo despertar.
—¡que! —medio grité alterado, por lo que yendo al probador más cercano en el espejo que estos poseían enfrente, me voltee viendo una cerradura de llave con una inscripción en el broche de forma de corazón con las iniciales de Alem en ellas.
—¡pero, que mierdaaaa!!! —grite histérico al verlo.
—lindo, ¿verdad? Con esto ningún alfa estúpido intentara algo cuando no esté cerca y tomes tus pastillas, es seguro y al mismo tiempo una hermosa venganza por torturarme…—dijo con una resplandeciente sonrisa, enojado le di un puntapié.
—¡PATÁN NEANDERTAL QUÍTAMELO!!!—exigí, auto flagelándome por mis ridículos pensamientos de hace rato, no se quería vengar con sexo, sino con un estúpido collar de pertenencia, yo no era de nadie.
—ni hablar, no pienso darte las llaves, además ya me has pegado dos veces si me muestras un poco de respeto tal vez me lo piense…—dijo por lo que enojado le di otro puntapié saliendo de la tienda a buscar un taxi.
—¡adonde crees que vas! —dijo siguiéndome al parqueo de la tienda, en uno de los estacionamientos, estaba parqueado un taxista—quiero un viaje a la calle 40 de Bronze Swamp casa 7—dije al taxista quien asintiendo abrió la puerta del pasajero.
—oh, no, no iras en esa cosa quién sabe qué tipo de psicópata lo está conduciendo. —dijo Alem llegando detrás mío y tomando mi brazo
—hay por favor, enserio—puse mis ojos en blanco por lo ridículas que eran sus palabras
—oye, no soy ningún psicópata chico—se quejó el taxista
—eso está por verse deme su constancia por la policía y deme un examen psicológico, se los exigen cuando son taxistas ¿no?
—haaaayyy por dios una pelea de novios…como odio este trabajo…—se quejó nuevamente el hombre enojándonos.
—¡NO SOMOS NOVIO!!!
Gritamos ambos al mismo tiempo.
—¡deja de ser un idiota si no me ha pasado nada todo este tiempo que te hace pensar que lo hará ahora neandertal, por lo que no tienes por qué comportarte todo hombre de las cavernas, sobreprotector, ya me basta y tengo suficiente con mis padres!
—¡solo me preocupo por ti, pequeño e idiota omega!
—¡pues metete tu preocupación por donde más te convenga!!!
—haaaa…eres un…—enfadado Alem desordenó su cabello y levantándome como un saco de harina, me cargó en su espalda.
—¡IDIOTAAAA MAS TE VALE QUE ME BAJES!!! —pataleando y pegándole manotazos exigí, pero él no hacía más que ignorarme.
—ni hablar yo te llevaré a casa—expresó—oiga usted, taxista le doy cien dólares extra si le da un puñetazo a este idiota y me lleva a mi casa…—sugerí sorprendiendo al hombre.
—oh, eso se oye…
—¡le doy doscientos cincuenta si lo ignora!
—¡que! Como te atreves le doy quinientos dólares para que lo ignore a él
—tu…pequeño bastardo…
—¡que te paso, eso te tocó en el bolsillo!, hay pobrecito de ti…dije riéndome malvadamente.
—¡saben que, a la mierda ustedes dos no me meteré en pleitos de pareja quédense con su dinero, par de tóxicos—dijo el taxista suspirando algo enojado y subiéndose a su auto se marchó.
—¡mira lo que hiciste imbécil, ahora tendré que tomar el autobús!
—eso es incluso más peligroso que un taxi
—¡por dios, eres tan idiota!
—solo soy sobreprotector con un tonto omega que, para el caso se pone aún más idiota cuando está en celo…
—¡por si no lo has notado, pedazo de imbécil mi celo ya se acabó!
—si lo sé, pero eso no quiere decir que algo podría pasarte en algún momento, solo me preocupo y me asusta el pensar no estar ahí para cuidarte…
—eres tan, tan NEANDERTALLLL porque demonios quieres cuidarme no soy tu novio.
—por supuesto que no, soy tu amigo…
—¡ni eso somos idiota, quien se besa y manosea con sus amigos! -acuse haciéndolo sonrojar
—¡entonces porque aceptaste salir conmigo si sabias que eso podría ocurrir!
—Sali contigo porque pensé que… “querías castigarme tomando mi virginidad” que…que…—tartamudee quedándome mudo y con la cara roja de la vergüenza de lo que había estado apunto de decir
—pensaste que, termina…—exigió disgustado y luego de un breve silencio entre ambos pude ver una sonrisa perversa en su rostro cuando lo entendió—oh…así que pensaste que yo…—ni siquiera le di tiempo a terminar propinándolo otro puntapié—¡HA! Deja de hacer esa mierda…—se quejó acariciando su rodilla cuando al fin me libre de sus brazos—¡JAMÁS VUELVO A SALIR A UNA ESTÚPIDA CITA CONTIGO Y NI SE TE OCURRA VERME O HABLARME E EN EL INSTITUTO TAMPOCO! —grité enfadado corriendo a la parada de buses afuera del centro comercial, por suerte en ese mismo instante un autobús estaba a punto de salir, subiéndome y antes que la puerta se cerrara le saque el dedo medio escuchándolo gritar indignado “¡esto no ha sido una cita!” mientras me alejaba de él, enojado tome asiento en el autobús después de haber pagado mi boleto.
Para cuando llegue a casa estaba cansado y enojado no solo con Alem si no conmigo mismo, aprisa subí a mi habitación, al llegar arroje lado la estúpida chaqueta de Alem y al mirarme en mi espejo vi el collar con descontento.
—estúpido pedazo de baratija—exprese frunciendo el entrecejo y acariciando la hermosa pieza en cuello medite las formas que tenía de quitármelo antes que mis padres lo descubrieran, mi blanca piel hacía brillar tanto la baratija que mi enojo se fue calmando, era una pieza de joyería realmente hermosa y había sido caro no me quedaba duda, seguramente el muy idiota se había gastado todos sus ahorros, pensé haciendo que mi corazón se acelerar y mis mejillas ardieran.

—es una pena que algo tan lindo deba ser destruido—dije a mi reflejo, se veía tan bien en mi cuello y él me lo había comprado y aunque con malas intenciones, eso no quitaba que había sido un gesto algo lindo para un idiota de su nivel, suspirando volví a ver el collar, era tan hermoso en mi cuello por lo que decidí quedármelo, no tenía nada que ver con el patán de Alem, me lo estaba quedando porque era lindo y ya, en cuanto a sus iniciales impresas en el broche girándolo tome un poco de cinta de color rosa de mi escritorio y las envolví ocultando así sus estúpidas iniciales, se veía algo feo, pero era eso o andar por ahí haciendo creer a la gente que era propiedad de ese cavernícola.
Con una sonrisa en mi rostro y un problema resuelto me dormí, esperando que las cosas en la mañana fueran normales y que no me topara con mi némesis desde ahora proclamado, poco sabía en aquel entonces que aquello apenas era el comienzo.

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