Señores de la guerra
Libro 1 Zairt.
Capítulo 1 casa de
esclavos.
Estaba muerto, no había
duda de ello, casi podía sentir la desaprobadora mirada de mi portador quemando
mi ser, él antes de casarse con mi padre había sido esclavo y desde entonces había
estado fervientemente enojado con la costumbre, “si dejaran de comprar
esclavos, entonces esta barbárica practica terminaría” repartía hasta el
cansancio, como si esto fuera una solución al problema, mi padre jamás tuvo el
corazón para decirle que esto solo haría que los vendedores dejaran de hacerlo
en Luriel. El hombre prácticamente besaba el suelo que mi portador pisaba, por
lo que jamás le llevaba la contraria, por lo que solo podía esperar un terrible
castigo parecido a los fuegos del infierno, cuando llegara a casa con un
esclavo que por si fuera poco estaba obligado a ser mi esposo.
—¡todos son tan feos y
aburridos!!!—reprocho Andrie con desagrado, negando con la cabeza cada vez que
veía a un nuevo candidato. El comerciante exudaba ira por los insultos a su
mercancía, pero lo escondía muy bien bajo una falsa sonrisa, esperando que tan
molesto cliente al final comprara algo, si tan solo el comerciante supiera que
ninguno de los posibles esclavos seria de su gusto, porque al tipo, no le
gustaba nada, era un nulo.
A estas alturas Andrie buscaba molestar más que
otra cosa, sin embargo, pese a su negativa estaba obligado a escoger un
esclavo. como todos debían hacerlo o tendría que verse obligado aceptar el esposo
que el rey había elegido para él le gustara o no, por ese motivo era que todos estábamos
aquí, quien diría que después de 100 años de guerra obligatoria, conquistando planetas
vecinos, donde dejamos parte de nuestras almas, demostrando nuestra Valia y lealtad.
A nadie le importaría nuestro sacrificio, al menos no a las personas
importantes en el poder, todo por ser Balzart oscuros, el hecho darnos el
enorme regalo de “compañeros” era únicamente para mantenerlos vigilados.
La situación era
realmente molesta, sobre todo porque uno de nosotros era el hermano gemelo del
rey, ¿acaso eso no era suficiente? era inaudito que después de dejar sudor y
sangre en el campo de batalla aun siguieran viéndolos como meros monstruos. Los
Balzart eran seres capases de controlar el entorno natural de las cosas, podían
cambiar y manipular cada partícula y usarla a su conveniencia, muchos de los Balzart
más poderosos podían curar y mejorar los cultivos, sin embargo, estos solían
ser portadores de luz, siendo aceptados y venerados por sus grandes aportes a
Luriel, no fue así con los portadores oscuros, cuyo poder radicaba en destruir
y controlar.
Andrie volvió a gemir
frustrado en voz alta sacando de su trance a Zairt—¡todo esto es de baja categoría,
ninguno es interesante, hermanos estamos perdiendo nuestro tiempo en este basurero!
—volvió a quejarse, con tono arrogante y fastidioso, todos rodamos los ojos, porque
Andrie sin duda no pensaba comprar nada, pero aún se quejaba con fingida
indignación, solo para molestar al comerciante.
Si el idiota por su
gran bocotá hacía que el precio de los esclavos subiera, Zairt pensaba vengarse,
para empezar, no estaba nadando en dinero, es más este esclavo lo dejaría
prácticamente en banca roca, peor sumando el hecho de que sus padres seguramente
lo repudiarían. Esto no hiso más que agravar su mal humor, aunque en parte el
idiota tenía algo de razón. Para su mala suerte ningún chico logro llamar su
atención, todos los esclavos que le habían presentado sin duda eran hermosos,
pero, ninguno logro cautivarlo y no podía verse formando una familiar con
ellos. Por lo que decidió escoger al más miserable para al menos liberarlo con
el matrimonio falso, con suerte serian amigos, pensó, repasando las filas de
hombres que lo miraban con descarada lujuria, seguramente sorprendidos que destacados
soldados vinieran a estos pozos de mala muerte a comprar esclavos. Daba igual
que fueran Balzar oscuros, ellos sabían a la perfección que serían más cuidados
y amados que siendo vendidos a cualquier cliente recurrente de este lugar,
ellos sin duda lo sabían, por las miradas desesperadas en sus ojos, mostrando
desesperación al no ser escogidos, Zairt sintió algo de lastima, pero poco podía
hacer, no era rico y no es como que la milicia les pagara lo que merecían, era
una verdadera mierda ser Balzart oscuro, por otro lado Cael era hermano gemelo del rey, el dinero no debía
ser un problema para él, pero quien sabia, era un portador oscuro y aunque
fuera de la realeza lo habían mandado a la muerte como si su título no
importara, antes Cael había sido el heredero directo al trono, hasta que se
manifestó como Balzart oscuro y su hermano gemelo ocupo su lugar. Suprimiendo
un suspiro repaso nuevamente a todos los chicos sin lograr decidirse, cuando
algo a lo lejos llamo su atención, la cosa más pequeña y curiosa tropezó con un
balde de agua de casi el doble de su tamaño haciendo un gran escándalo.
Aquella extraña
criatura, era diminuta, con al menos 1.50 de altura, su
complexión era delgada y delicada,
su tez era casi blanca una cosa muy extraña en Luriel donde la piel de todos
era dorada o gris, no poseía alas, colmillos ni cuernos y sus ojos eran de un
color que Zairt nunca había visto en otro Lureriano, azul como el cielo de
otros planetas que habían conquistado, su cabello rubio, era la única cosa
común en sus especies, Zairt se quedó prendado viendo a la pobre cosita maravillado
y pese a todas las diferencias su cuerpo parecía ser bastante compatible y era
claramente masculino a simple vista, pero todo se vio truncado al instante que
la creatura fue golpeada por el bastón del comerciante.
El fastidioso hombre mirando
al diminuto chico con desprecio, procedió a golpearlo haciendo gruñir a Zairt—¡maldita
sea porque eres tan torpe, si sigues igual te venderé a los Sorkas como alimento!
—reprocho dando golpe tras golpe, pero el chico por más que intento no logro incorporarse,
resbalando varias veces, Zairt estuvo a punto de chasquear sus dedos y matar al
maldito comerciante, pero Daker su hermano de armas lo detuvo—no hemos venido
aquí buscando problemas—repitió, enfureciéndolo—¡basta deja de
golpearlo—exclamo en su lugar llamando la atención del comerciante—si piensas
comprarlo, te arrepentirás, es un sucio e inútil terrano, no sirven ni siquiera
como portadores y son malos como esclavos sexuales, el único uso para ellos es
como sirvientes o comida, pero hasta para eso son inútiles, yo ciertamente me
arrepentí de comprarlo, los Mer subestiman su valor.—dijo extendiendo la
cuchilla del bastón, apuñalo al chico en un costado, sangre roja floto en el
aire y los gritos del pobre chico me enfurecieron, porque quien lastimaría a un
ser tan diminuto e indefenso, sin poderlo soportar mis ojos se volvieron dorados
y convocando mis poderes electrocute al cretino, este cayó al suelo
retorciéndose de dolor y ni siquiera los gritos de miedo de los esclavos
frenaron mi ira.
—¡malditos… sabía,
hacer negocios con escoria como ustedes era una…mala idea! —renegó presionando
a duras penas un botón en su bastón, pero poco me importaba, apretando los
labios aumente la intensidad, extasiando al sentir el familiar olor a quemado—¡basta
Zairt! —grito Cael emitiendo un leve gruñido, despertándome de mi trance. Fue
ahí que note que estábamos rodeados por cientos de sujetos y sus armas
apuntando a nosotros. Los esclavos estaban apiñados en una esquina asustados y
mi linda criatura me miraba con asombro, admiración y terror reflejado en sus
azulados ojos—¡porque mierda eres tan temperamental—Niey a mi derecha se quejó,
su mirada de desaprobación me enojo aun mas—¡que querías que hiciera! Ignorar
el maltrato a tan pobre criatura inofensiva.
—¡hay mejores formas
que hacer este escándalo, discúlpate y esperemos que el hombre aun quiera
vendernos algo!
—¡pueden irse a la
mierda no les venderé nada… malditos Balzart oscuros, mátenlos! —los guardias
se miraron unos a otros, dudando de la orden, ellos sabían lo peligrosos que
éramos, debía estar claro en sus mentes. Que, si nos atacaban, nosotros
saldríamos tranquilamente de aquí y ellos serían cadáveres bajo nuestros pies,
el olor a miedo podía sentirse en el aire—¡enserio! Estoy harto de esto, porque
siempre tengo que ser yo… ¡quien les salve el culo a todos! —arrogantemente
expreso Andrie, haciéndonos rodar los ojos ante las molestas palabras, mientras
el mercader despotricaba
insultos a sus lacayos e intentaba inútilmente ponerse de pie. Andrie
suspirando formo un símbolo en el aire con sus dedos y con una perversa sonrisa,
sus ojos antes verdes cambiaron a rojo sangre, había comenzado a utilizar su
poder de persuasión—aquí no esta pasando nada, simplemente mi hermano quería
comprar a esa cosa—señalo al pequeño esclavo, el chico frunciendo el ceño lo
miro con reproche sosteniendo su brazo herido, para estas alturas la mirada del
comerciante y sus guarda espaldas estaba nublada por el poder de Andrie—ellos
asentían obedientemente como zombis, mientras tenían una espelúznate sonrisa
bacia en sus caras, los esclavos evitaban vernos por el miedo y muchos de ellos
estaban temblando, tal vez ya estaban cuestionándose si era inteligente ser
comprado por nosotros, haciéndome rememorar el día en que descubrimos su tan
aterradora habilidad.
No por nada se le conocía como “la palabra del
rey” o persuasión, ahora que ningún rey la poseía desde hace siglos, todo
porque habían matado a todos los que habían tenido la desdicha de nacer con
ella, dicho poder, podía manipular a una persona al punto que incluso podía doblegar
la voluntad y el cuerpo, convirtiéndolos en marionetas, lo que pasara después
dependía del humor del portador del poder, bien los podía liberar y manipulaba
sus recuerdos o matar, haciendo sangrar sus cerebros hasta la muerte, lo
habíamos descubierto en una embocada, todos estábamos demasiado cansados y mal
heridos como para seguir peleando. De no ser porque Andrie, seguramente
hubiéramos muerto, “no me odien por esto” había dicho al pulverizar los sesos
de los 100 de los soldados que nos rodeaban, cayendo inconsciente por el
esfuerzo durante toda una semana, dejándonos aterrados y debatiendo si era
correcto matarlo o no, pero al final optamos por no hacerlo, Andrie se había
convertido en prácticamente en un hermano para todos, pese a su molesto
comportamiento infantil, además todos poseíamos poderes peligrosos, quien
éramos para juzgar que nos lo hubiera ocultado, fingiendo tener únicamente poderes
de reanimación de cadáveres, después de todo la persuasión y dicho poder eran
similares, pero la persuasión era mucho más fuerte y podía realizarse en
personas vivas.
—también, sería bueno
darnos todo gratis—aprovecho, haciendo gruñir a Cael—ni lo intentes, quiero todo
legal—amenazo, un puchero se formó en el rostro de Andrie—al menos que nos dé
un puto descuento, deja de ser tan correcto, además nadie esta nadando en
dinero como tú—señado a lo que todos, vergonzosamente asentimos—¡esta bien,
pero no te sobre pases! —advirtió Cael.
Dejando de lado a
nuestro líder y sus sermones, me dirigí al repugnante comerciante y le page, al
tener el contrato de pertenencia, me acerque a la diminuta criatura—supongo que
ahora soy tu dueño—sonreía nerviosamente, intentando parecer menos temible de
lo que ya era—Gra-Gracias…—contesto el chico, aun mojado y magullado, desviando
levemente mi mirada por unos segundos, busque en mi mochila ungüento reparador,
encontrando el frasco tome un poco aplicándolo en la herida de su hombro, esta
se curo al instante, dejando al chico asombrado, acaso nunca lo habían
utilizado con él, aquel conocimiento me hiso hervir en furia nuevamente, pero
fui distraído por las linda voz de mi pronto hacer esposo—por favor…podrías también
comprar a mi hermana, ¡hare cualquier cosa que quieras, lo juro!
—¡pero, que dices, no
seas ridículo cosa, él es tu dueño de por sí ya puede hacer lo que le plazca
contigo!
—¡Andrie! —amenace por
su entrometido comportamiento—¡que! Solo estoy incentivando a la cosa ha
ofrecer algo mas interesante—sonrió—¡no soy una cosa, soy humano! —se quejó mi
linda creatura, acariciando su mejilla lo tranquilice— pronto serás mi esposo,
por lo que puedes pedirme lo que quieras—afirme, haciéndolo llorar y partiendo
mi corazón en dos —¡gracias, ella es mi única familia, prometimos estar juntos,
por favor quiero que la compres! —dijo, pero antes que pudiera responder, los
perversos ojos rojos de Andrie nos miraron, sentí el peso de su poder en mi—que
es eso que llamas hermana, es como tú—pregunto, enojándome al no poder
controlar mi cuerpo para golpearlo—no…ella es una chica…—los ojos de mi lindo
chico estaban oscurecidos por el control, apretando mis manos, decidí en ese
momento vengarme del bastardo.
—¿chica?
—…ella es una mujer, es
mi planeta son mayoría, ¿no tiene ustedes dos sexos, como nosotros?…
—en lo absoluto, somos
una raza de un solo sexo…que raro. Ahora tengo curiosidad, supongo que Zairt me
dejara comprarla, ¿verdad, amigo?
—S-S-Si…—respondí a la
fuerza odiándolo, enserio que detestaba cuando usaba su poder contra nosotros y
pese a que siempre eran ordenes infantiles, como conseguirle una bebida, darle
lo que estábamos comiendo o abanicarlo cuando tenía calor, era algo que siempre
odiaba, solo Cael era inmune a su poder, los demás por más que intentáramos aún
nos era imposible evitarlo, por no decir que siempre caíamos en su control,
solo mostrando claros signos de resistencia de los cuales el muy bastardo se
burlaba.
—que…no
me veas así, también tengo que comprar un esposo, pero nada es de mi gusto, pero
si voy a estar atado a alguien durante un largo rato, porque no hacerlo con una
criatura intrigante—señalo a mi pequeño humano, enojándome— puede me llegue a
gustar su compañía—¡m-maldito im-bécil! —gruñí entre dientes, forzando su
control—¡Andrie, compórtate maldita sea, ha este paso tendré que amarrarte si
sigues abusando de tus poderes! —Cael parándose frente a notros recrimino, sin
embargo, Andrie no lo obedeció.
—
necesito un marido y nada de aquí me llama la atención, solo tengo un poco de
curiosidad, no es nada malo, si no me gusta prometo dejar a la “mujer” en paz
—¡eres
un dolor de cabeza!
—quieres
que tome un compañero ¿no?, porque ha este paso tendremos a un espía pisándome
los talones y dudo que te guste…
—¡está
bien…has lo que quieras, pero si te sobrepasas…—amenazo—te hare dormir dentro
del estómago de uno de mis Stromgs y no saldrás hasta que te necesite—dijo, los
Stromgs como Cael los llamaba eran sus sirvientes creados a partir de energía
oscura o cadáveres reanimados con la misma técnica, sus amenazas me parecieron
inofensivas e insuficientes, sobre todo porque me estaba controlando no solo a
mi sino a mi compañero, con reproche mire enojado a Cael— lo siento, Zairt,
pero sabes perfectamente que todos debemos salir de aquí con esposo a toda
costa, no te lo tomes personal, sin embargo, te doy permiso a reprimenda, después de esto, puedes golpearlo
todo lo que desees.
—¡oye!
Eso es cruel—reprocho, haciendo mis ojos brillar, con mi próxima venganza que
disfrutaría a mas no poder. Andrie suspirando y con un leve movimiento de dedos
nos hiso levantarnos a ambos—llévame donde esta esa hermana tuya y más te vale
que valga la pena—exigió, quien se creía él para ordenarle a mi compañero, oh,
si sin duda me deleitaría chamuscando su carne, mi compañero sin dirigir
palabra nos condujo por una serie de pasillos debajo del local pasando por
varias jaulas con creaturas exóticas y uno que otro Lureriano siendo
esclavizado, cosa que era de por si ilegal, pero dichas prácticas nunca habían sido
reguladas y muchos hacían de la vista gorda, así fue como mi padre compro a mi
portador, Andrie sonriendo obviamente sabiendo de lo ilegal del asunto, soltó a
todos los chicos, quienes asintiendo agradecieron su gesto, para después correr
a toda prisa lejos del asqueroso lugar del cual también estaba harto, al final
de todo el complejo al fin llegamos a la celda de la hermana de mi compañero, la
criatura estaba inconsciente y claramente maltratada, sentí en ese momento el
control de Andrie debilitarse.
—entonces…que
harás ahora—pregunte—son tan hermosos, los terranos son extraordinarios, esa
pequeña cosa es muy linda—respondió, sus ojos brillaron como nunca antes los
había visto, acaso se sentía atraído por la mujer, como la denomino mi
compañero o era simple curiosidad.
—más
te vale que seas amable con ella, si la lastimas te matare
—no
dudes de mí, la cuidare con toda mi fuerza, tenlo por seguro…—declaro
deshaciendo el control de mi compañero—duerme susurro—haciendo que el chico
callera en mis brazos desmayado, mire a Adrie de modo amenazante—¡que! Hará
escandalo si sabe que me llevare a su hermana conmigo, cuando despierte
traerlo, creo que a ella le encantará su visita.
—eres
despreciable
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