tortura capítulo 3

 le gustara o no a este omega, desde ahora, estaría pegado a él para protegerlo, esos eran mis pensamientos en medio de la molesta clase de detención, al ver lo que sus pastillas le provocaban era algo que no me gustaba, esa defectuosa medicina lo volvían un doloroso blanco que prácticamente gritaba, ¡viólenme! Siendo algo que mi muy odioso sentido de la caballerosidad no podía dejar pasar, porque sin que aquel enclenque omega lo supiera ya lo consideraba mío, aunque a veces la palabra me molestaba, después de todo siempre me he jactado de ser un alfa con cerebro y raciocinio que jamás se dejaría llevar por sus instintos más salvajes. Instintos que la mayoría de los alfas nunca intenta controlar, “después de todo los omegas siempre deben ser complacientes y obedientes con ciudadanos de alta categoría” esa era la excusa que ese montón de idiotas decían, yo no era como ellos y no quería serlo, por lo que al conocer el modo de actuar de la mayoría de alfas y alguno que otro beta radical, el cómo es que aún no había sido atacado era algo que me aliviaba, pero a la misma vez me preocupaba, pues si algún día esa suerte se le acabara y no hubiera nadie cerca para protegerlo…el solo pensarlo hacia mi estomago anudarse y mirar a todo mundo con desconfianza, porque si yo fuera un malvado alfa, que no lo era, lo violaría, si por algún motivo me lo topara actuando tan desorientado, lo engañaría para que se fuera conmigo a algún hotel de donde muy seguramente no lo soltaría por días, porque esas pastillas lo volvían todo confianzudo y demasiado inocente para su propio bien.

—¡sí, casitas de macarrones, haremos casitas de macarrones, no es genial, amo las casitas de macarrones, cuando estaba en el kínder mis casitas eran las mejores y los de la demás basura jajajaja!!!
Rio animosamente Liem despertándome de mis pensamientos, su cuerpo temblaba de energía contenida, mientras que daba pequeños saltitos en mi regazo, como habíamos llegado a estar en esta posición era algo que todavía me sacaba de orbita, ¡como mierda había logrado convencerme!, así…habían sido esos adorables ojitos llenos de inocencia, diciéndome que era algo que calmaba su hiperactividad. Ahora me daba cuenta, había sido engañado, embaucado como un idiota y mi castigo era tener que lidiar con una muy vergonzosa y cada vez más notoria erección.
—¡seremos el mejor equipo Alem, nosotros venceremos a todos!
Rio de modo tan adorable restregándose con más fuerza en mi semi erección, era una tortura. —si…—murmure medio temblando de excitación—¡qué demonios le pasa al niño… espera no me digas…es un efecto secundario de sus supresores!
Se burló mi hermano sacando los macarrones de su escritorio y los otros alfas al escuchar el motivo del comportamiento tan dulce de Liem rieron, poniéndome en alerta ante sus malas intenciones, por otro lado el único que no reía era Elián, quien desde hace rato me estaba mirando de modo asesino, he ignoraba el porqué, aunque no me lo cuestionaba mucho, después de todo aquel omega estaba medio loco-¡entonces comenzaremos hacer estas lindas casitas de macarrones llenas de amor y esperanza!-dijo mi hermano con una sonrisa falsa
—¡vamos a ganar, Alem, vamos a ganar!!!—repitió Liem frotando su esponjoso culito contra mi erección
—no es una competición—recalco mi hermano con una perversa sonrisa al ver mi sufrimiento—además una cosa, no puedes sentarte en el regazo de Alem.
Por una vez ame y odie al mismo tiempo a mi hermano, porque si Liem se levantaba de mi regazo en este instante sería la burla de todos, tragando invoque las imágenes más asquerosas para que mi erección se bajara.
—¡pero me siento muy cómodo aquí! —protesto Liem de modo infantil abrazándose a mi cuello posesivamente lo que no ayudó a que me desinflara, “estúpido omega” gruñí en mis pensamientos caóticos y sobreexcitados
—ok…está bien, pero no quiero que se pongan cariñosos en mi clase…
Se burlo mi hermano lo que me enojo.
Los macarrones fueron tirados en mi pupitre y Liem apresurado tarareando los tomó junto con el pegamento y procedió a hacer la estúpida casa al mismo tiempo que contaba las historias de las habitaciones, unas historias que me hacían sonrojar y cuestionarme si el efecto de sus pastillas se le estaba pasando.
—este será el cuarto de los niños y este de aquí…es donde podremos tener sexo, mucho, pero mucho sexo y tu…—antes que terminara la frase tape su boca obteniendo un gemido lastimoso—…cálmate, ¿dónde tienes tus pastillas?—pregunté desesperado y asustado porque su olor también estaba comenzando a ponerse muy dulce—l-las…odio no me obligues a tomarlas—sollozo rompiéndome en miles de pedazos—claro…por supuesto—se di como todo un idiota al ver sus lindos ojitos llenos de lamento y dolor, estaba tan hipnotizado y embelesado que cuando vi la estúpida sonrisa sabionda de mi hermano al otro lado, entre en cólera, el muy maldito estaba claramente disfrutando de esto, ahí sentado muy tranquilamente en su escritorio como si Liem no estuviera a punto de hacer que un montón de alfas enloquecieran.
—profesor Aleix cree que puedo acompañar a Liem a su casa, creo que no se siente bien…—dije algo enojado por la indiferencia que mostraba—haz que tome sus pastillas, no veo cual es el problema…—contestó con esa sonrisa que estaba sacándome de nervios cada vez más—¡no quiere tomárselas, no puedo obligarlo! Tu más que nadie debería entenderlo eres omega…—acuse notando como los otros alfas comenzaban a enojarse por hablarle a su adoración de modo tan grosero.
—que molesto…esto es un castigo por algo ¿no?, pero seré bueno y solo por hoy dejaré que vayas a dejarlo a casa…—contestó con esa molesta sonrisa que me dieron ganas de borrar, porque sabía que él sospechaba que me sentía atraído por Liem, seguramente el muy chismoso dentro de poco estaría contándole a nuestros padres y estos comenzarían a atosigarme con nietos, dejándolo libre de esa carga, porque a pesar que mi hermano era omega, los niños eran algo que no le gustaba y cada vez que alguien lo obligaba a cargar un bebé su expresión de completo desagrado no tenía precio.
—¡claro, por supuesto, un alfa siempre tiene que cuidar de nosotros los omegas, porque no podemos protegernos verdad, pedazo de mierda! —grito Elián repentinamente, golpeando su pupitre, lo que me asustó un poco porque aquel chico era un poco…psicópata. —profesor yo iré a dejarlo a su casa, después de todo ambos somos omegas por lo…
sugirió Elián, haciéndome sacar al tan molesta alfa cavernícola del que me acusaban a veces de ser y antes de que terminara corte su frase, celos y posesividad invadiéndome—¡ni se te ocurra, este chico es mío, piensas que no conozco tus gustos omegas!—gruñí abrazando a Liem con más fuerza, algo que le hizo emitir un lindo gemido y corresponder mi abrazo
—no seas ridículo, esa pequeña ratita no es de mi gusto, ni siquiera están lindo
—como si fuera a creerte, yo iré a dejarlo a su casa y punto…—conteste tomando en brazos a Liem y antes que otro idiota pudiera protestar Salí del salón de detención a toda prisa, en el pasillo Liem comenzó a frotar su rostro contra mi pecho seguramente enloqueciendo con mis feromonas alfa—quiero tener sexo… —rio temblando un poco cuando el efecto de sus pastillas estaba claramente desapareciendo.
—no podemos hacer eso, además te desagrado, lo recuerdas, no quiero que aparte de neandertal ahora comiences a llamarme violador.
—¡no es justo!!! —sollozo enterrando su rostro en mi cuello, al llegar donde tenía parqueada mi moto me asegure de ponerle correctamente el casco y cuando nos subimos Liem súbitamente manoseo todo mi torso, casi también tanteando mi pene de no ser porque lo detuve antes que ocurriera, haciéndolo gruñir frustrado—Liem de detén esto, créeme estoy sufriendo tanto como tú—le recordé. —m-mentiroso, lo que h-haces es d-disfrutar mi tormento—contestó tartamudeando mientras lagrimas comenzaban a brotar de su lindo ojos verdes—haaaa…está bien puedes manosearme tanto como quieras, pero queda prohibido tocar mi pene—se di, era tan patético no había excusa.
—¡SI!
Grito Liem animoso pasando sus manos por todo mi torso con más insistencia—como quisiera ver estos deliciosos músculos sin esta estúpida ropa…—gimoteo restregándose contra mí, su olor comenzaba a volverme irracional y hacerme cuestionar porque estaba llevando a Liem a su casa en vez de llevarlo a la mía y a mi cama donde podríamos perdernos por días en la pasión del sexo, suspirando abofetee mis mejillas despertando brevemente de lo que sus feromonas estaban haciéndome, por lo que antes de hacer algo estúpido arranque la moto camino a su casa, el viaje fue más rápido que la otra vez, pues estaba temeroso que de pronto no fuera capaz de contenerme, cuando llegamos a la entrada, Liem bajándose primero, tomándome por la camisa me arrastró detrás de su patio dejándome apenas parquear la moto.
—déjame darte un pequeño agradecimiento…
Dijo y su dulce aroma me dejo sin habla, sin que pudiera negarme me arrincono en el lado más oscuro de su jardín, me hizo chocar contra un árbol por el impacto al montarme, en la oscuridad me beso, mientras nuestras lenguas se enredaban entre sí, pude sentir como su erección se restregaba contra mi pierna y ahí perdí todo el control, apretando su redondo culito lo acerque más a mí, mis dientes mordieron sus labios con ternura y mis manos fueron bajando por dentro de sus pantalones intentando encontrar su lindo y muy seguramente húmedo agujero, estaba tan perdido y excitado que únicamente pude recobrar el sentido cuando Liem indiscriminadamente agarro mi verga en sus pequeñas manos—¡es enorme! Me pregunto cómo se sentirá dentro de mí…su nudo, debe ser tan delicioso…—gimoteo masturbándome por encima del pantalón—Liem…no podemos, no es co…
—te imaginas tu enorme verga destrozando mi pequeño agujero…se sentiría tannn bien…tan bueno…amo los penes grandes…
—oh…mierda…—gemí, perdido y apunto de ceder a mis tan odiosos y salvajes instintos alfa, pero un disparo de un rifle apago todo el fuego y mi embobamiento por las feromonas de Liem.
—¡tú maldito alfa que le estás haciendo a mi bebé! —gritó el padre de Liem encendiendo las luces del jardín—¡Neil que te había dicho! —lo regaño su otro padre quitándole el rifle de las manos.
—hola padres de Liem, vine a dejar a su hijo porque al parecer está en celo y no quiere tomar sus medicinas, bueno ya que cumplí mi misión me iré en este instante—dije riendo nerviosamente y algo agradecido que aquello me hubiera hecho recobrar la razón, por lo que con cuidado y dificultad logré despegarme de Liem
—nooo…-sollozo rompiéndome el corazón—por favor liem…en una semana, en serio que odiaras esto…—sonreí acariciando su cabeza—¡tú, maldito patán delincuente has hecho llorar a mi hijo, james devuélveme mi rifle!
—Neil si sigues con lo mismo dormirás en el sofá…—amenazó el padre omega de Liem momento que utilice para correr como un cobarde, aprovechando la momentánea distracción de todos, he de confesar que no me sentí muy orgulloso, sobre todo al escucharlo llorar, me sentí realmente mal, pero sabía que en el fondo era lo mejor, aunque claro, eso no quitaba que estaba enojado con el pequeño enclenque, él había utilizado su celo en mi contra y yo como un total idiota había caído rendido e incapaz de decir no, eso se lo cobraría, con una malvada sonrisa arranque mi moto, planeando mi venganza.
Una semana después…
Aquella mañana me desperté antes de que mi muy molesta alarma sonará, me retorcía y enredaba en las sabanas muriendo de vergüenza al recordar cómo me había comportado con aquel neandertal—el seguramente piensa que soy una puta—solloce enterrando mi rostro en las sabanas gimiendo, no quería ir a la escuela y la oferta de cambiarme de escuela de papá Neil me parecía tonta, yo no era un cobarde y aunque me repetía eso constantemente, la verdad es que no quería enfrentarlo, estaba tan avergonzado, además estaba seguro que aquel estúpido neandertal querría vengarse de mí, el mensaje que había recibido ayer era un claro indicativo de que estaba enojado, pero en lo que único que mi estúpida cabeza aun confundida por el calor podía pensar, era en que él se vengaría tomando mi virginidad, me había masturbado tres veces con aquella fantasía antes que el calor comenzará a disiparse y me sintiera mortificado, como había conseguido mi teléfono era algo que también me perturbaba, quien era el traidor de mis amigos que se lo dio, mientras me perdía en mis pensamientos la estúpida alarma sonó y apagándola de un manotazo me dirigí a mi muerte.
Cuando llegué al instituto a pesar que fui super sigiloso escondiéndome entre otras personas y llegando tarde apropósito para no encontrarlo, Alem como un fantasma me sobresalto saludándome así de repente y arrinconándome en medio del pasillo atiborrado de estudiantes.
-¡se puede saber porque estas ocultándote de mí!
—¡HAAAAA!!! —grité estremeciéndome y al verlo tan guapo como siempre, me odie, por casi suspirar, mi corazón latía como loco y mi garganta se secó.
—no…no estaba ocultándome…—respondí con mi rostro rojo y sin verlo a los ojos
—oye…mírame…—tomando mi barbilla dirigió mi rostro a su sonriente y atractiva cara—enserio que no lo estabas, porque sabes te vi escondiéndote detrás de los chicos más grandes cuando me viste, tan adorablemente inútil—rio—pero, no estoy a aquí por eso, quiero que el sábado tengamos una salida de chicos…
—que…
—una salida de chicos me la debes por torturarme con tu celo, además tu padre intentó matarme también…
—haaa…eso no ha sido mi culpa que te costaba dejar que Elián me acompañara a casa…—lo cuestione mirando como su expresión se volvía más oscura
—no me importa, el sábado a las 8 de la mañana te esperare a una cuadra de tu casa…
—eso están…neandertal de tu parte…eres un asqueroso cavernícola


capítulo 3


—que otra vez con lo mismo que te cuesta llamarme Alem, si me llamas Alem considerare llamarte por tu nombre, que dices omega…
—aaaa eres tan odioso…—murmure de mala gana con mi corazón latiendo como loco, murmure las palabras que el muy idiota neandertal quería—Alem…—dije viéndolo sonreír. —perfecto, entonces nos vemos el sábado, Liem…—susurro en mi oído acelerando mi pulso y haciéndome imaginar un montón de escenas pervertidas, mientras lo veía irse, lo que me hizo casi gritar de ira por lo estúpido que últimamente me estaba volviendo por el neandertal, porque a pensar que ahora lo había llamado Alem en voz alta, siempre en mis pensamientos sería un neandertal y eso no cambiaría, por lo que recomponiéndome me pregunte que era lo que el idiota está planeando en venganza, era algo que me estaba carcomiendo y el no saberlo me estaba poniendo nervios.

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