historia alterna 1 capítulo 4



historia alterna. 


James se veía totalmente sexy cuando se comportaba amenazante, era algo que siempre ame de él, incluso en primaria cuando nos conocimos, con una sonrisa embobada lo observe reprendiendo al director de la escuela—¡mire si no quiere que demande esta institución por discriminación contra los omegas, más le vale que esa dichosa profesora Mary controle su comportamiento y vaya a terapia!, si no lo hace, este año no habrá ningún tipo de donación a la escuela, me entiende…

—sí, lo sé, pero aun así no pued…
—¡si se niega esto llegará a los medios y tendrá una peor reputación!
—está bien…—respondió el director, dándome una mirada suplicante para que controlar a mi marido, como si pudiera, pero aun teniendo la oportunidad no era algo que quisiera pues para mí la estúpida profesora Mary se lo tenía muy merecido, incluso James estaba siendo suave, porque para mí en vez de ir a terapia esa mujer debía ser despedida por andar llenando la cabeza de jóvenes omegas de puras estupideces tradicionalistas, sin embargo, odiaba las confrontaciones por lo que no pensaba meterme en aquella pelea, a menos que al director se le ocurriera pasarse de listo.
—más lévale que cumpla mis exigencias, le llamaré dentro de una semana y si no ha hecho nada, prepárese porque no seré nada amable, nadie humilla a mi hijo por no saber hacer estúpidas cosas de “omega” —dijo James dándole la espalda al director, quien antes que yo siguiera a mi esposo, hizo un ademán para hablar conmigo aprovechando que james había salido primero—como sabrá no puedo hacerle eso a la profesora Mary, ella tiene antigüedad en esta escuela y sería desagradable reclamarle por ese mínimo detalle, solo porque a su esposo le molesta, además las clases especiales para omegas son de suma importancia para que puedan servir adecuadamente a sus futuro alfas o betas, si no se educan adecuadamente actuaran igual de insolentes que su marido si me perdona el atrevimiento.
—si…y es por eso que despedirá a esa profesora, porque con lo que me acaba de contar es más que suficiente para que lo demande, si no me obedece haré que usted sea despedido junto con esa mujer, así que tiene todas las de perder, además soy el presidente de la junta de padres de esta escuela y tengo una muy buena relación con otras juntas de padres alrededor del país, cómo cree que se pondrán ellos al saber que el director de esta escuela le enseña a los omegas a ser serviciales y que si no consiguen llegar a los estándares adecuados son basura inútil para cualquier alfa o beta, en vez de fomentarles la iniciativa para encontrar actividades que les guste y les ayuden para estudiar una carrera universitaria, tenga por seguro que no solo yo me encargare que no encuentre trabajo, si no también todos esos otros, porque no pienso perdonar y dudo que ellos tampoco, a quien discrimine a mis hijos por ser omegas, ni a mi marido, así que despida a esa mujer este mismo día…ha…y otra cosa será mejor que cambie su forma de pensar o el siguiente será usted-lo amenace viendo al hombre temblar—si…entiendo…—dijo sonriendo falsamente, dándose provenido.
—Qué fue lo que el idiota quería decirte…—pregunto James cuando Salí por la puerta—nada…solo me dijo que tenías razón y que por eso ha decidido despedir a la profesora.
—por supuesto que la tengo, nadie discrimina a mis hijos e intenta meterle pensamientos anticuados y ridículos.
—si querido, pero ya que ese problema ha quedado resuelto—dije acercándome más a él y susurrando a su oído—espero que me des mi recompensa cuando lleguemos a casa…
—haaaa…solo piensas en sexo…
—y eso viene del hombre que me ataco hoy en la madrugada mientras dormía…
—pues no veía que te quejaras
—como quejarse con algo tan dulce de tu parte, pero hasta donde recuerdo tú me prometiste una recompensa si me portaba bien y me porte muy bien ¿no?
—en eso tienes razón
—pero solo cuando lleguemos a casa señor Neil...—dijo James con una sonrisa coqueta haciéndome empalmar y después de quince minutos incómodos en el auto y caminar hasta la puerta con una penosa erección que espera los vecinos no notarán, apenas al llegar a la sala, James se me arrojó encima, acariciando mi verga que para este momento era obscenamente obvia bajo mis pantalones.
—tan bueno…no puedo más, la necesito ahora…gimió desesperado arrojándome al sofá y desabrochando mis pantalones, al mirar mi pene erguido en su totalidad, le dio un beso cariñoso en la punta—te ves tan caliente cuando…—murmure entre gemidos al verlo sacar la lengua y recorre desde mi punta hasta mis testículos, los cuales lamió y chupo con una lasciva mirada mientras iba subiendo gradualmente con esa traviesa lengua, hasta que tomo mi verga completa entre esos carnosos labios, él verlo respirar lentamente cuando me chupaba entero, era algo nunca me cansaba y siempre me llenaba de placer al ver esos inocentes labios ser extendidos tan obscenamente—mierda, si sigues así me voy a correr…—amenace haciéndolo subir por entre mi verga y soltarme emitiendo un vulgar sonido—prematuro…—se burló levantándose y quitándose la ropa lentamente—no soy prematuro, es más a ti te consta…—contrarreste de modo arrogante quitándome lo demás de ropa también—sí, pero a mí me gustaría lamerte por horas y horas, pero siempre te niegas—contestó en tono divertido sabiendo perfectamente por qué no lo dejaba—amor, eso sería una tortura, además, me encanta correrme dentro de ti…—dije—pero, si ni siquiera lo haces en realidad adentro—me reprocho de modo infantil, buscando entre las grietas del sofá los condones—sí, lo sé, pero aun así se siente muy bien correrme dentro de ti—exprese ayudándolo a buscar los condones—que…demonios…¿encontraste alguno? —pregunte desesperado arrojando los cojines y buscando debajo del sofá sin mucho éxito
—no he encontrado ninguno aún…
—compraste más la semana pasada, verdad…lo puse en la lista de compras—le recordé buscando con más desesperación, porque sabía perfectamente que sin condones no habría sexo, así de estricto era James. —¡a la mierda, los olvide, pero no importa puedes hacerlo sin nada, de todos modos ya estamos viejos y dudo que me embaraces, además no eres tan fértil como un alfa!
—¡oye! eso me ofende, porque este beta te ha dado dos hijos y estamos lejos de ser viejos, tener 38 no es considerado viejo—cuestione dirigiendo mi mirada a mi esposo quien ahora estaba en el sofá con las piernas abiertas de par en par, acariciando su agujero ya húmedo—apresúrate…lo quiero—dijo con una voz sensual lamiendo sus labios—pero, si te embarazo…promete que no me matarás, como prometiste cuando nació Liem, mientras te quejabas por no tener ningún un parto suave.
—deja de poner pretextos Neil, ni siquiera estoy en celo…dudo quedar embarazado, además hace mucho que no lo hacemos sin nada…
Me sedujo James metiendo tres de sus dedos en su codicioso agujero—¡está bien! —caí rendido, negarme a él era algo imposible, si nunca pude cuando éramos niños, mucho menos podría ahora que éramos adulto, por lo que, como todo un animal en celo, le di un apasionado beso al mismo tiempo que retirando sus dedos los sustituía por mi adolorida verga, al entrar en su húmedo calor mi cuerpo se estremeció de placer.
—¡sí, tan bueno…se siente tan bien sin nada!
Gimió James arañando mi espalda excitándome tanto que comencé a empujar con fuerza—¡sí, así…ahha…si…! —sollozo mi esposo empujándose contra mi verga ido en el placer y lujuria. Complacido por sus gemidos lo bese una vez más, nuestros labios chocaban entre sí y nuestras lenguas se enredaban una contra la otra. El sofá comenzó a crujir y mi cuerpo sudoroso se restregaba contra el pene de James, quien como un gato en celo se restregaba con más insistencia, por lo que apiadándome de él, tomando su pene comencé a acariciarlo—¡no….voy a correrme, no sigas…ahhhh!!!—gimió desesperado al separarse de mis labios— simplemente le di una sonrisa descarada acariciándolo con más vigor y jugando con su pequeño agujerito lleno de esperma—¡maloooo!—sollozo corriéndose tan fuerte que macho tanto su barbilla como la mía, llegando incluso un poco a mis labios los cuales lamí.
—quien es ahora el prematuro…—cuestione infantilmente empujando con desespero y él con una malvada sonrisa me apretó tan delicioso en ese instante que temblando me corrí llenando su canal con una gran cantidad de esperma que hasta a mí me sorprendió—tú aun sigues siendo el prematuro—se burló inocentemente—porque será que nunca puedo ganarte—cuestione infantilmente haciéndolo reír—porque yo soy el que manda, aunque no te guste…
Contesto arrogantemente mordiendo posesivamente mi hombro—quien dice que no me gusta que me mandes—respondí con una sonrisa complacida al sentir como se me paraba nuevamente—enserio… ya otra vez, eres insaciable—acuso con falsa molestia dejando mordidas y chupetones por mi cuello—pues tú también estas duro—me burle acariciando su verga ya excitada nuevamente y ambos mirándonos amorosamente, nos besamos nuevamente, dejando todo de lado, sobre todo la preocupación de algún posible embarazo, pues éramos muy viejos para eso, “supuestamente”.

Comentarios