Érase una vez un alfa y un omega. +18 capítulo 1


 


Capítulo 1 primer encuentro, ¡ese tonto alfa!

 

En la época antigua los omegas solíamos ser esclavos, no teníamos derecho y se nos obligaban a ser atentos y obedientes, éramos meramente posesiones para ciudadanos de alta categoría como lo eran los alfas y betas, sin embargo aquello fue dejado de lado hace mucho años, más o menos, pues aunque los alfas siguen siendo la cúspide de todo,  los omegas ya no somos esclavos de nadie, se crearon leyes de respeto y protección, sin embargo, siempre hay personas con pensamientos arcaicos que creen que lo moderno es maligno o atroz, por ese motivo es que estoy aquí, en este horrendo lugar con un centenar de alfas haciéndome sentir como si aquellos tiempos hostiles jamás han hubieran desaparecido.

 

—mira que linda cosita tenemos por aquí… como es que un adorable niño como tu está en detención, cuéntame pequeño omega.

 

Pregunto un enorme alfa, su cabello era castaño y sus ojos eran de un azul tan helado que al recorrer mi cuerpo me hacían sentir escalofríos por su obvia lujuria. Estaba asustado, cuestionándome mentalmente porque decidí estudiar en una escuela pública y además mixta, en vez de hacerlo en casa, como era la costumbre en mi familia, pero, no… tenía que probarle a mis padres que era muy capaz de defenderme en el mundo real y que dejaran su estúpida sobre protección exagerada, pues yo no era antisocial y tímido como lo era mi hermano mayor, ni disfrutaba de la soledad o manualidades, como él, yo era diferente, por lo que al obtener mi tan ansiada libertad, las cosas por algún motivo no fueron como imagine, provocándome estrés e ira contenida que debido a mi condición de omega no era bien visto, pues los omegas debían ser delicados y refinados y yo era la definición opuesta de todo aquello.

Estaba en el salón de biología que servía como aula de detención por las tardes, impartiéndose clases del control de la ira, para mi desgracia, como debía ser, había 6 alfas y aunque no era el único omega en el salón, se podría decir que era el más inofensivo, pues mi único compinche omega era un chico con una mirada psicópata y una expresión de quiero ver arder al mundo, el chico vestía de negro y su pelo rojo chillón le tapa un ojo, en su mano tenía un puñal, mientras tallaba en el pupitre quizás el nombre de algún enemigo con tal odio que todos los alfas lo ignoraban por eso. Con su comportamiento tan hostil provocaba que todos aquellos chicos se fijaran más en el único blandengue débil que era yo, quien por si fuera poco había sido castigado por una estupidez, que todo mundo en la escuela ya seguramente conocía a estas alturas y que ellos fingían no conocer, con descaro, para sacarme platica e intimidarme.

 

—si…es, que…y-yo llame idiota a mi profesora de arte…pero fue por error…

 

Tartamudee con miedo, intentado no molestar al alfa que me acosaba, mientras rememorando el desastroso incidente de la mañana. En el que cansado de las constantes críticas de mi profesora omega hacia mi arte y del como este no era ni lindo o delicado como el de los otros omegas, por ser tosco y feo, carente de creatividad que según ella me haría quedar solterón, por no ser suficiente bueno como para llamar la atención de cualquier alfa. “—¡y que si mi arte es chueco y feo maldita perra, no es como que aspire a ser la puta ama de casa de un ingrato alfa, a la mierda esta basura, como si me fuera servir de algo en la vida, vieja estúpida!—le grite a mi profesora haciendo que está hiperventilándose casi se desmallara y que después de aquella ofensa fuera mandado a detención, con la mirada fúnebre de mis amigos que estaban más que seguros que sería secuestrado por alguno de los alfas delincuentes y aunque en ese momento me parecía algo absurdo, por cómo se estaban poniendo las cosas tenía miedo de que aquello se cumpliera.

 

—que adorable pequeña cosita mala eres, que tal si después de clases me cuentas más…— apenas pudo vociferar para mi suerte, pues otro alfa de aspecto más malvado arremetió su cara contra el pupitre callándolo de inmediato—¡sierra tu maldita boca de una vez y quítate! —ordeno el chico alvino de ojos raros entre azul y violeta, haciendo que el alfa que me estaba molestando se alejara a toda velocidad sin protestar o quejarse, suspire al verlo, sin duda era mi tipo, demás se veía que era caballeroso, pero al mismo tiempo me sentía un poco inquieto.

 

—gracias por ayudarme…—dije para no parecer mal educado, sonrojándome un poco, esperando que ese chico no fuera otra vestía o trajera algo malvado entre manos, pues ya me estaba empezando a gustar.

 

—que te hace pensar que estaba ayudante—contesto en modo arrogante, destruyendo todo lo anterior que había pensado de él—solamente que quería este asiento nada más…

 

—sí, pero aun así…fue muy agradable de tu parte…

 

—Que… partirle toda su maldita cara, si…eso fue agradable…

 

—supongo…

 

—por última vez, omega…yo no estaba ayudándote

 

“o si otro neandertal alfa”—me dice, intentando contener mi boca, sin embargo, por más que intente no pude evitarlo-sí, tienes toda la razón, gracias por no protegerme, no cretino de mierda…—dije con una leve sonrisa contemplando su cara de asombro y un silbido burlón de los otros alfas, sin embargo, antes que este cobrara su venganza por mi arrebato nuestro profesor entro en el salón de clases cambiando el incómodo ambiente.

 

—¡buenas tardes chicos, sean bienvenidos para la clase de manejo de la ira hoy haremos una linda bufanda de muchos colores!

 

Expreso el profesor con un aura tan rosa y animosa, encantando a todos, hasta el amargado del omega sentando en la esquina se acercó al frente al escuchar la melodiosa voz del profesor. Su nombre era Aleix y no era mi profesor, pero había escuchado chismes, que decían que todo alfa, beta u omega que lo conocía se enamoraba de él.

 

-puedo tener el estambre rosa profe…—pregunto mi compinche omega recibiendo la burla del alfa que hace poco estaba acosándome.

 

—¡de que te ríes bastardo, que sí, me gusta el rosa!!!—grito el omega plantando su navaja en el pupitre del sorprendido alfa. —¡oye, cálmate Elián!!! Y dame esa navaja…confiscada, hasta que te portes bien.—reprocho el profesor con un tono infantil arrebatándosela de las manos al omega.—lo siento…profesor no volverá a pasar…—sollozo el chico con el rostro sonrojado, descolocándome “en qué clase de mundo loco he caído” pensé, mientras mi mirada y la del alfa que me protegió se cruzaban con el mismo grado de confusión, al observar cómo los otros chicos dejando su hostilidad procedían a tomar un estambre con una maldita sonrisa estúpida, pareciendo casi, seres humanos y no animales.

 

—hey…ustedes dos, los nuevos, porque no toman un estambre y comenzamos—dijo el profesor con una luz que me hiso retorcerme por dentro, “¡cómo era posible que hubiera alguien así de amable, tiene que ser una mentira!” Me dije tomando un estambre verde. El profesor comenzó con su explicación de cómo usar la aguja para tejer, pero por más que intente poner atención, era para mí más que obvio que era un fracaso en las manualidades.

 

—¡estoy harto de esta mierda!!!—vocifere arrojando el estambre todo enredado a la pizarra y cruzándome de hombros, Aleix, suspiro, yendo a recoger el estambre y el arrogante alfa a mi lado se rio “patético” escuche apenas, lo que me puso más de los nervios y con una despectiva mirada mire su ridícula creación, que para mí pesar era una bufanda, aunque pequeña, perfecta-¡maldita sea, como es posible que un alfa de mierda como tu pueda hacer algo así y yo no!!!—me queje—¡mide ese lenguaje, pequeño!—me regaño el profesor con una mirada oscura que me asusto-sabes…había pensado que este sería tu único día, ya que la profesora Mary suele ser una tradicional en cuanto a lo que los omegas debemos ser, pero como veo que tienes mal carácter y te enojas por todo, pasaras una larga temporada por aquí…—expreso con tono siniestro.—oh…pobrecito y estúpido omega…—se burló de mi aquel estúpido alfa.

 

—¡deja de llamarme omega, maldito neandertal, porque tengo nombre por si no lo sabes!

 

—como si me importara…omega

 

—¡eres imposible y odioso!

 

—¡BASTA AMBOS!!!—… Alem pasaras una temporada aquí también si no dejas esa bravuconería…—lo regaño el profesor, poniendo mi desastroso estambre enredado en mi pupitre nuevamente. Por otro lado tú, muchachito, desenrédalo y has esa linda bufanda que quiero o pasaras toda la tarde aquí...—amenazo el profesor “él no es para nada lindo, es terrorífico” me dije, volteando a ver a todos, pero los chicos a mi alrededor parecían felices mirando con asquerosos ojos de amor al profesor como para importarles que se pusiera estricto y terrorífico, por lo que regresando mi mirada a mi enredado estambre, supe que un martirio me esperaba y no me equivoque porque cuatro horas después, casi todos se habían ido, menos el profesor que seguía inútilmente intentando explicarme como tejer y por si fuera poco el insoportable de Alem seguía ahí también, pero solo gozando mi tortura con una sonrisa de burla constante, su bufanda ahora yacía en su cuello, mientras intentaba no reírse por mi fracaso.

 

—¡no lo soporto, soy una mierda en las manualidades y no entiendo nada…ya basta de esta tortura!!!—grite con mis dedos enredados y atrapados en los hilos—oh, dios santo, eres tan negativo, pero he de aceptar que eres una mierda en las manualidades…—dijo el profesor dejando su fachada de buen tipo—¡entonces porque sigo con esta estupidez! —me queje, rompiendo los hilos de mi prisión—sí, es verdad…supongo que solo era optimista, pero para la siguiente clase te pondré a hacer otra cosa.—sonrió al decirlo enojándome aún más—¡haaaaaa maldita cosa!!!-gruñí tirando la bola de hilos al suelo.

 

—nunca en mi vida había conocido a un omega tan inútil…—se burló Alem riendo a carcajadas por mi enojo

 

—¡eres un maldito bastardo abusador, solo te quedaste para burlarte de mí!!!

 

—si…lo sé y ha valido cada maldito segundo, omega…

 

—¡Alem una semana de castigo para ti, ya te lo había advertido!!!

 

—por favor…no puedes darme una semana de castigo, soy tu hermanito menor…

 

—no tengo favoritismo en mi trabajo…—lo regaño con voz infantil el profesor y eso explicaba porque ese odioso alfa parecía ser inmune al aura de inocencia falsa que emanaba del profesor, pero estaba demasiado arto como para incluso sorprenderme de que ambos fueran hermanos, no se parecían en nada, pero por ahora no me importaba, lo único que quería era salir corriendo y esconderme en mi refugio de almohadas y ahogar mis penas con chucherías para olvidarme de este día de mierda.

 

—¡vaya, pero que tarde es! demonios, ya casi es hora para mi novela favorita, pero…—dijo el profesor Aleix mirándome con detenimiento y supe que lo que diría no me agradaría en absoluto—no puedes irte solo a casa es demasiado tarde y yo no tengo tiempo para llevarte…mejor llamare a tus padres…

 

—¡NOOOOOO!!!!—grite pegando una palmada al pupitre—Soy perfectamente capaz de ir a casa solo, porque demonios quiere llamarlos, no es como que fuera un niño de kínder que puede perderse o ser engañado por algún delincuente…—me queje, pero el profesor me ignoro.

 

—bueno, si no quieres que llame a tus padres, supongo que Alem puede acompañarte a tu casa…

 

—¡espera un minuto, yo no tengo tiempo para eso!!!

 

—solo holgazanearas en casa deja de acerté el ocupado, soy tu hermano mayor y si quiero que vayas a dejarlo a su casa me obedeces, punto…

 

—eso es injusto, no puedes…

 

—le diré a mamá y papá que te estas portando mal y ya verás cómo te va…-amenazo Aleix con rostro serio

 

—yo no necesito…

 

—¿enserio? eso sería muy sucio de tu parte

 

—si te metes con mis novelas no dudare en hacerlo…

 

—no, necesito compañía…

 

—cállate, mi hermano te llevara a casa, pero, hermanito ni se te ocurra propasarte con el niño o te acusare con la policía…

 

—¡que injusticia, ¡cómo puedes pensar que yo podría hacerle algo, ni siquiera me agrada el omega!

 

—es por si las dudas, además eres alfa

 

—es una revenda estupidez—protesto resignado Alem rodando los ojos—el que sea alfa no significa que este loco por cualquier omega

 

—¡hey yo no soy cualquiera!!!

 

Me defendí dándole un puñetazo en el brazo haciendo que me doliera al instante—¡ves…yo soy el que debo cuidarme, no al revés, es un omega violento!

 

—deja de quejarte y ve a dejarlo a su casa…

 

Expreso el profesor y levantándose de su asiento, dejándome solo con el cretino de su hermano-mierda…que molesto, ven vamos ahora que tengo prisa—dijo emitiendo un suspiro resignado—no es necesario que vayas a dejarme, puedo irme solo y tu hermano no tiene por qué saberlo.

 

—ha…como si fuera tan fácil, él lo descubrirá y luego me hará pagar si hago eso—expreso con irritación levantándose del pupitre, por lo que de mala gana lo seguí hasta el estacionamiento donde una motocicleta estaba parqueada

 

—¡oh…no, no pienso subirme a esa cosa!

 

—no te lo estoy preguntando, te subes o te subes, aunque no importa porque de todos modos lo harás, omega…

 

—eres un bastardo neandertal y deja de decirme omega de modo tan despectivo, mi nombre para que lo sepas es Liem…

 

—no te pregunte…

 

—¡haaaaaa…eres odioso, porque me haces enojar!!!

 

—porque es divertido verte refunfuñar como todo un anciano amargado—se rio subiendo a su moto, poniéndose su casco y arrojándome el otro—imbécil.—murmure, poniéndomelo y subiendo atrás, lo abrace de mala gana por temor a caerme, lo que al cretino pareció divertirle y fue mucho más rápido apropósito—¿dónde vives?—lo escuché preguntar en el azotado viento —en la calle 40 de Bronze Swamp casa 7—dije escuchándolo silbar—niño rico, eh—dijo despectivamente haciéndome enojar, por lo que al llegar a mí a la casa de color blanco de diseño moderno en vez de darle las gracias le plante una bofetada

 

—¿ese es el agradecimiento que recibo?... Aparte de amargado y violento, también eres mal agradecido pequeño omega…

 

—¡me llamo Liem y si tanto insistes…GRACIAS NEANDERTAL!

 

Grite dándole la espalda sacándole el dedo del medio, mientras me dirigía a abrir mi puerta, sin embargo, no fue necesario ya que mis padres decidieron salir en ese instante convirtiendo mi vida en un infierno y dándoles a nuestros vecinos un buen chisme del que hablar por semanas.

 

—¿Por qué vienes a estas horas y quién es ese chico? —pregunto mi padre beta mirando a Alem con desprecio, mi padre omega riendo le dio un codazo- ¿querido que habíamos hablado? —murmuro entre dientes—hola, jovencito gracias por traer a nuestro hijo a casa…puedo saber tu nombre y antecedente, ¿eres el novio de mi pequeñito, ¿no?

—¡PAAAAAPAAAA!!!—lo reprendí enojado—jajaja…no, se equivocan, solo somos…amigos y mi nombre es Alem…

 

—haaak…  ¿amigos?, los omegas y alfas no pueden ser a mi….

 

—¡POR FAVOR, PAPÁ BASTAAA!...—exclame a mi padre beta—solo es un compañero de la escuela—corregí frunciéndole el ceño a Alem y haciéndole caras para que se fuera—sí, compañeros de escuela, amigos del crimen, ya saben lo usual de hoy en día…pero, ya debo irme, nos vemos en la escuela amorcito—dijo Alem estremeciéndome y dejándome en un gran lio, supongo que esa fue su venganza por todas las pullas que le había lanzado y que no había podido desquitarse.

Consternado lo vi arrancar su moto e irse, mientras yo me quedaba parado al frente de la casa con la boca abierta. —considero a tu novio indigno de ti…y de esta familia, parece un delincuente y no nos respeta para nada, termínale o juro que…

 

—¡querido que habíamos hablado, somos padres modernos y compresivos, ¿recuerdas?!!!

 

—¡no es mi novio dejen de fastidiarme!!!

 

—cómo esta eso…si no es tu novio, entonces es…un, ya sabes…amigo con derecho—susurro mi padre omega lo último haciéndome sonrojar de la vergüenza.

 

—¡amigo con derecho...LO VOY A MATAR!!!

 

Grito mi padre beta entrando a la casa, seguramente yendo a buscar su rifle de caza—¡noooooo!!! Papá…—lo seguí al interior con mi papá omega—esto es tan absurdo y estúpido, no es mi novio, ni amigo con derecho, solo es un compañero de escuela que me trajo a casa porque fui castigado en la escuela y se me hizo tarde.

 

—¡fuiste castigado, ¿Por qué?!

 

Pregunto mi padre omega asustado—es que…insulte a la profesora, pero, fue solo porque ella seguía humillándome, porque soy malo en las estúpidas cosas que supuestamente son para omegas, me enoje y me mandaron a clases del control de la ira—dije temiendo decepcionarlos—esa mujer…cariño porque no vamos a la escuela de nuestro Liem mañana y hablamos un rato con esa profesora.—dijo mi padre omega de modo siniestro poniéndome los pelos de punta—no, lo se james no quiero problemas…—dijo mi padre beta inocentemente-bien, entonces puedes dormir en el sofá esta noche.

 

—ahora que lo pienso te acompañare…

 

Respondió mi padre después con una falsa sonrisa—por favor no quiero que se metan en problemas por mi culpa—les dije—para nada, no te preocupes, solo serán unas cuantas e inofensivas palabras.

 

—sí, inofensivas—dijo mi padre beta divertido, tomando de la cintura a mi otro padre, abrazándolo amorosamente le dio un beso suave en los labios—me encanta cuando te pones todo malvado—expreso mi padre beta, dándome asco al instante que note sus lujuriosas expresiones—¡basta que asco, búsquense un cuarto!—dije corriendo a mi habitación, cerrando la puerta, saque de mi mesita de noche un montón de golosinas y acostándome en mi cama encendí la televisión, olvidándome momentáneamente del día de mierda que había tenido, sin imaginar que la locura apenas empezaba.

 

……………………………………………………………………………………………

—por favor quiero ser tuyo Alem—gemía lujuriosamente Liem enredando apenas su pequeño cuerpo contra el mío, mientras yo disfrutaba viendo como su pequeño agujero se tragaba mi mounstroso pene—tan lindo y adorable—murmure ante la obscena escena, su lindo pene se restregaba contra mi abdomen llorando liquido preseminal y su húmedo agujero me apretaba con fuerza, tentándome a correrme—…si quieres ser mío, no te torturare más, amorcito—dije y volteándolo de espaldas cambie nuestras posiciones, escuchando un gemido lastimero al salirme de su hambriento agujero hinchado

 

—no, no seas cruel, lo necesito…quier…quiero ser tuyo…Alem, te amo, por favor hazme tu compañero…

 

Sollozo mi lindo omega y sin poder contenerme más bese su nuca con cariño, mordiendo con amor su cuello al mismo tiempo que volvía a entrar en su apretado agujero, mi nudo se hincho ante el placer y con los lindos lamentos y lágrimas de Liem lo penetre con mi nudo—si…si… ¡haaaa…tan bueno, tan grande!!!—gimió corriéndose haciéndome casi eyacular por sus lujuriosos gemidos de satisfacción—eres mío ahora y para siempre, mi adorable Liem, mi amor…—susurre en su oído empujando con más rigor, pero antes de que pudiera correrme algo helado golpeo mi rostro.

 

—¡HAAAAAAA basta…maldito!!!

 

Grite enfadado despertándome abruptamente, mirando como mi hermano yacía en la puerta con una expresión irritada y con un atomizador de agua en la mano—¡ya deja de estar gimiendo y vete al instituto!—se quejó, avergonzándome por lo que había estado soñando hace poco, asustado tome una de mis almohadas y tape mi excitado miembro, mientras rezaba mentalmente para no haber abierto mi estúpida boca y decir el nombre de mi obsesión, sabía que si mi hermano se daba cuenta que había tenido un sueño húmedo con aquel molesto omega, él nunca lo dejaría pasar e iría de chismoso a contarle a nuestros padres, estos como ya eran mayores comenzarían a molestarme con darle nietos sin importarles que aun estuviera en el instituto, conociendo a mi hermano lo haría más que gustoso con tal de deshacerse de esa obligación y pasármela a mí.

—¡Puedes salir, ya estoy despierto maldita sea, un poco de privacidad no te costaría!

 

—sabes eres realmente gracioso hermanito…ayer te burlaste y te quejaste mucho de cierto omega por el cual me dijiste no sentirte atraído y lo primero que escucho a la mañana siguiente es como gimes su nombre…

 

—¡largggooooo!!!

 

Arroje mi otra almohada a Aleix mientras este con una sonrisa perversa la tomaba en el aire-deberías arreglarte o llegaras tarde…—dijo en tono burlón cerrando la puerta. Gruñendo molesto, me tire de espaldas nuevamente en la cama desordenando las sabanas, enojado por a ver sido pillado—¡demonios!!!—gimotee molesto frenando un grito con mi almohada—porque tengo que estar tan obsesionado con ese enclenque—me queje recordando su dulce aroma, sus anchas caderas, su lindo y redondo culito y esa cascarrabias y adorable actitud que me volvía loco, irritado sentí como el dolor en mi erección aumentaba por lo que sin ganas me levante de la cama hacia el baño donde me encargue del asunto rápidamente.

Camino al instituto como todas las mañanas me pregunte por milésima vez que era lo que tenía ese omega para enloquecerme hasta el punto de convertirte en lo que más odiaba, un acosador y un hombre de las cavernas posesivo, hasta ahora solo me había enamorado de chicas, todas ellas habían sido alfas, debido a que jamás me había sentido atraído por los omegas, pues sabía por experiencia propia que sus adorables y bonitas personalidades eran una pantalla para encubrir su maldad interior, todos los omegas que conocía sobre todo mi hermano mayor eran viles criaturas manipuladoras, que de presentárseles la oportunidad se aprovechaban de todos los estúpidos alfas que se interesaban por ellos, convirtiéndolos en sus esclavos, mi hermano tenía uno de esos ingenuos alfas y lo mantenía comiendo prácticamente de su mano y para rematar ni siquiera eran pareja, si no amigos, mi hermano era la encarnación del mal que albergaban esos “inocentes” omegas.

Enojado por mi sueño húmedo, tras mi meditación, llegue a la estrada de la escuela donde mi mejor amigo me saludo, por lo que emitiendo un suspiro cansado sabía que tendría que darle una explicación de mi exagerado comportamiento de ayer y eso era algo que no quería.

 

—oye Alem, porque demonios me pegaste ayer, no te reclame porque te veías algo psicópata y me diste miedo…—dijo mi amigo con una sonrisa fingida, “maldito chismoso” pensé—no me digas que fue por el omega…

 

Pregunto Ulrick matando todo mi buen humor y clavando una daga en mi corazón.

 

—¡No seas imbécil Ulrik, porque iba a ser por ese estúpido omega!

 

—ya…cálmate, solo preguntaba, pero bueno…si no te gusta supongo que puedo coquetear con él y tal vez invitarlo a salir.

 

Expreso con tal vileza, no sé si apropósito o simplemente por idiotez, pero aquello me altero, por lo que tomando el cuello de su camisa lo acerque a mí, diciendo algo que realmente odie—¡ni se te ocurra él es mío!!!—grite mortificándome al instante en que esas palabras salieron de mi boca.

 

—ok, ya entendí, es tuyo no volveré ni si quiera a verlo, pero por favor no enloquezcas, me estás dando miedo…

 

—¡que estupideces dices…el no…! Olvídalo, solo no te acerques a él y no lo digo, porque me guste ni nada, no me parece atractivo de todos modos, no me gusta ni un poco, es solo que tú tienes esa estúpida manía que me molesta, además no me parece correcto que acoses a omegas débiles…

 

—claro…ya entendí que no “te gusta nada”

 

Dijo mordiéndose los labios para no reírse—¡te matare si te ríes!—lo amenace borrando su molesta sonrisa, cuando un dulce aroma me hiso girar y cuando mis ojos se encontraron con mi obsesión, el omega para mi consternación se veía totalmente adorable con el ceño fruncido al verme, sus padres estaban a su lado y su padre beta al percatarse de mi presencia, me dedico una mirada asesina que al menos me hiso aterrizar y dejar esa estúpida nube en la que me ponía cada vez que veía al enclenque omega, de cabello cobrizo y lindos ojos verdes, por lo que para mí diversión le di una sonrisa descarada y un besito a su hijo y me aleje sabiendo que habida enojado al hombre, lo que al menos me hizo sonreír y alegarme el día .

Comentarios