efectos secundarios rosa capítulo 2



capítulo 2


El sonido del cacareo del estúpido loro de los vecinos me despertó antes que mi despertador se dignara a sonar —que mal gusto en música—me queje al escuchar al retrasado animal cantar una canción de reggaeton vulgar, al abrir mis ojos de par en par con consternación mire el desorden que era mi cuarto, bolsas de golosinas estaban esparcidas en mis sabanas junto con alguna que otra miga y ropa sucia yacía tirada por todo el cuarto-¡vaya desastre!-dije en tono sarcástico, preguntándome cómo demonios había hecho tanto desorden y sin ganas de limpiarlo, refunfuñando me levanté de la cama al baño de mi habitación y al verme en el espejo, un gemido me acompañó al ver cómo mi cabello de color cobrizo estaba enmarañado.

—esto me tomara una eternidad
Me queje conmigo mismo intentando distraer mi mente de lo que sabía se avecinaba, “el infierno en la tierra”, pensé, ya que no quería que mis padres fueran a al instituto, pero no precisamente porque tuviese miedo a mi profesora, sino por el cómo sabía que se ponía mi padre omega, él era activista de un grupo que rechazaba todos los pensamientos tradicionales de lo que supuestamente debíamos ser los omegas, por lo que ya podía verlo gritándole amenazas a la profesora y al director, solo esperaba que mi papá beta lo calmara y que ese chisme que muy seguramente se iba a armar no me afectara en los más mínimo, porque no quería ser conocido en la escuela como el niño de papi, porque sería en extremo avergonzó, por lo que a toda velocidad, tome un peine y desenrede mi pelo, me lave los dietes y como no tenía tiempo de darme una ducha fui a mi habitación a ponerme mi uniforme en tiempo record.
En quince minutos estaba listo, salí de mi habitación a hurtadillas, rogando para que mis padres aun siguieran dormidos, pero para mí desgracia no sucedió.
—qué bueno que ya te despertarse mi niño, estábamos esperándote para ir a la escuela…
Dijo mi padre omega muy feliz cuando me escabullía por las escaleras—haaaa…por favor, papá… porque tienen que ir, solo fue un simple castigo, nada serio, por favor...
—cómo puedes decir que no ha sido nada serio, nadie desprestigia a mis hijos y los hace sentirse mal…iré a la escuela y le diré sus verdades a esa profesora
Expreso mi papa omega con una perversa sonrisa que medio a atender que era posible que hiciera despedir a la profesora Mary, ese presentimiento me hizo estremecer, mi padre omega no se andaba con juegos cuando se trataba de defendernos a mi hermano mayor y a mí, cuando se ponía en modo papá oso, sobre protector con sus crías no había nadie quien pudiera pararlo, ni siquiera mi papá beta era capaz de esa hazaña, por lo que suspirando resignado, acepte mi inminente derrota.
—solo prométeme que no te pondrás como loco cuando hables con la profesora…y que no harás que la despidan…
—mi niño lindo, papá no puede prometer una cosa así, bien sabes que es imposible para mí, solo intentare no gritar muy fuerte…—expresó mi padre omega con una sonrisa-James ya hice el desayuno—nos interrumpió mi papá beta abrazando por la espalda a mi papá omega y dándole un amoroso beso en la mejilla, le susurro algo al oído que lo hizo sonrojar y asquearme al mismo tiempo—¡basta por favor…aún estoy aquí, asco…!
Me queje irritado, pero mis padres solo me ignoraron.
—Neil te ves tan sexi con delantal, que me dan ganas de comerte nuevamente…
—puedes hacerlo des…
—¡BASSSTTAAAA DEJEN DE IGNORARME…ASSSSCCOOOO!!!
Grite todo rojo de vergüenza ajena-oh…bien supongo que debemos comer primero y después que regresemos de la escuela, espero que me des mi recompensa
—por supuesto que la tendrás, pero solo si te portas bien, cuando hable con el director y la profesora de Liem
Dijo mi padre lo que me hizo emitir un chillido irritado debido a que mi papá omega prácticamente había sobornado a mi otro padre para hacer su malvada voluntad sin que nadie lo detuviera—oh…fantástico a dios a mi pobre vida social—murmure entre dientes bajando las gradas hacia la cocina.
Media hora después del incómodo desayuno, nos dirigimos al instituto, me sentía de camino a un pabellón de fusilamiento—por favor que nadie se entere —me decía constantemente, mientras caminaba hacia la entrada del instituto, justo en el momento en que mi mirada se cruzó con la del cretino de Alem quien también estaba, extrañamente, temprano para mi fastidio, junto con el alfa acosador que intento intimidarme ayer—fantástico lo que me faltaba—susurre tratando de ignorarlo.
—mira Liem, tu amigo está en la puerta, no quieres saludarlo…
—no me apetece…
—más te vale que sea cierto, ese chico es una mala influencia para ti, no quiero verte cerca de él…
—¡papaaaá! —gimotee molesto, cuando las cosas inesperadamente se complicaron aún más.
—¡adiós, amorcito nos vemos en clase! —parloteo Alem lanzándome un beso fugaz que me dejó estupefacto “maldito patán” grite internamente y los ojos acusadores de mi padre beta me molestaron—¡dime la verdad Liem… ¿es tu novio ese chico tan desagradable?, si es así me niego a aceptarlo, ¡mi bebé no saldrá con algún delincuente juvenil!
—¡por favor, basta de esta estúpida sobre protección, no es mi novio, por milésima vez!
—estás seguro Liem…si lo es a mí no me importaría, se ve que es un alfa agradable, los niños saldrían adorables si son novios…espero que alguno salga albino
—¡JAMES!!!
—¡nooooo, paaapaaaaaá, como se te ocurre decir algo como eso!
Me queje avergonzado y enojado, por lo que adelantándome deje a mis padres y al alcanzar a Alem en el solitario pasillo por lo temprano que era, a toda prisa le di un puntapié que lo hizo perder el equilibrio y caer hincado en el suelo.
—¡tú pequeño bastardo, cuando te agarre!!!
—tú eres el que comenzó, que pretendías molestado a si a mis padres, patán…Neandertal…
Exprese enojado, sin prestar atención a que el muy idiota ya se había levantado—¿patán y neandertal, pequeña mierda, no soy nada de eso, pero como tanto lo mencionas, voy a demostrarte cuan patán y neandertal puedo ser?—dijo en tono oscuro por lo que un instinto auto preservante me hizo querer huir, sin embargo, antes que pudiera echar a correr, él tomándome del brazo, me acerco a su enorme cuerpo y me dio una bofetada en el trasero.
¡Acabas de nalguearme!
—¡sí y qué harás pequeño, molesto omega malcriado! —cuestiono con una malvada y atractiva sonrisa, que me hizo sonrojar un poco.
—¡cómo te atreves, deja de llamarme omega, ya te había dicho mi nombre!
—pues como para ti, soy un neandertal, pues para mí eres un pequeño omega…
—eres despreciable…—grite enojado, golpeando su pecho, pero mis patéticos golpes no lograron hacerle nada y fue entonces cuando algo inesperado y raro sucedió, Alem tomando mi barbilla me dio un beso, pero eso no fue lo más raro, ni lo peor, sino que por algún motivo me encontré disfrutándolo, nuestros labios se encontraron desesperadamente y así fue como mi primer beso fue “robado”—¡maldito, patán…cretino, te odio!—gimotee placenteramente, mordiendo sus labios, entre besos y apretando sus abultados músculos, “estúpidas hormonas omega”, cuestione, pues en el fondo de mi ser, siempre me habían gustado los chicos grandes y dominantes, como a cualquier típico omega tradicionalista. Era algo que odiaba y siempre trate de ocultar. Nuestras lenguas se enredaban la una con la otra y nuestros labios chocaban húmedos y rojos por las pequeñas mordidas mutuas, lo que provocó que al final del beso al separarnos, estuviera gimiendo como gato en celo, con ganas de más para mi completa vergüenza.
Nuestras miradas confundidas se encontraron, ambos sin poder decir nada, nos distanciamos abruptamente—eso…no ha pasado…—dijo Alem con el rostro sonrojado, algo que me pareció lindo y me hizo a la misma vez auto flagelarme, “ese neandertal no es lindo, lo odias no lo olvides” me dijo mi conciencia, a pesar que mi corazón ahora estaba latiendo como loco—¡de qué demonios hablas, no hemos hecho nada!—fingí indiferencia, al darle la espalda y prácticamente huir, con mi mente sumamente confundida y con mis rodillas aún temblando, tras el apasionado beso, al llegar al vacío salón de clases, me senté en uno de los últimos pupitres, donde abofetee con fuerza mis mejillas, dejándolas rojas, al mismo tiempo que me cuestionaba el motivo para corresponder y disfrutar un beso con aquel neandertal.
…………………………………………………………………………………………

Lo había besado y mi mente aun no lograba procesarlo, toque mis labios con mi respiración entrecortada —lo he besado-—dije sin podérmelo aun creer—sí, lo sé y sabes lo más loco… es que ustedes dos me ignoraron por completo cuando pasó—dijo Ulrick con una arrogante sonrisa haciéndome estremecer.
—¡tú…bastardo voyeurista!
—¡oye, no me insultes cuando ustedes me dieron el espectáculo completamente gratis, al ignorarme, que querías que hiciera… ¿taparme los ojos como un virgen?!
—¡maldita sea!!!
Gruñí restregando mi rostro exasperado por lo que acaba de pasar—ese chico realmente te tiene mal, para que hasta incluso me hayas ignorado, felicidades al menos se ve que es recíproco
—¡cállate, porque insinúas que me gusta, eso no es verdad solo es una maldita obsesión, pronto se me pasara!
—lo que digas, cree lo que quieras amigo…pero, el hecho que hiciste que te castigaran ayer apropósito me hace dudar un poco
Dijo Ulrick divertido—lo digo enserio, no me gusta, esto sólo ha sido cosa de una vez—exprese, pero muy en el fondo sabía que esto era mentira, pues al probar aquellos dulces labios como un adicto intentaría llegar a ellos nuevamente.

………………………………………………………………………………………

Estaba confundido, pero esa era una pobre afirmación para describir lo que sentía, pues todo el día había actuado como un zombi, torpe, idiota y en las nubes
—¡ya no te soporto, que mierda te pasa!
Dijo la voz de uno de mis amigos, quien de los dos fue, era irrelevante en ese momento, fue entonces que me percate que estaba en la cafetería y que lo que había tomado para el almuerzo era una asquerosa combinación de macarrones y frijoles con puré de patatas—ha…rayos—respondí de modo estúpido al despertar de mi entumecimiento y al escuchar una molesta carcajada, mis ojos se desviaron al culpable de todos mis males, el idiota para mi pesar al darse cuenta que lo observaba me tiro un beso con una maliciosa sonrisa, lo que me enojo—despreciable…—gruñí rompiendo mi tenedor de plástico y tirando mi comida de golpe en la mesa, descargando algo de mi ira.
—¿despreciable, quién?
Preguntó mi amiga Aida con curiosidad mientras su hermano gemelo se sentaba a su lado—nadie—dije rápidamente desviando mi mirada a todos lados para que ellos no notaran mi gran y alfa problema.
—¿nada? —cuestiono Aiden con sarcasmo—no es que seamos entrometidos, pero si tu amigo de repente comienza a suspirar todo el día y toma comida de cuestionable agrado, no sería, normal que nos preocupáramos, que es lo que te pasa, estas embarazado o en celo…o…será que te enamoraste de alguno de los delincuentes del instituto y estas suspirando de amor por él…
—¡que no digas estupideces, no es nada de eso!!!—dije medio enojado y fue peor cuando noté que Alem se levantaba de su asiento y se dirigía a nuestra mesa, mi boca se abrió torpemente, mi cuerpo comenzó a temblar de excitación y calor, mientras rememoraba el beso de la mañana.
—hola, omega solo venia para avisarte que el profesor Aleix dijo que esperaba que no se te olvidara que hoy tienes que ir a detención y también dijo que ni siquiera pensarás en escapar…—dijo en modo autoritario, sentándose a mi lado y demasiado cerca para mi gusto—pues dile que no pienso huir y porque mierda tiene que mandarte a ti a decirme esto, acaso no puede venir él a decírmelo.—lo cuestione orgulloso de no haber tartamudeado, aun cuando ni siquiera lo mire a los ojos y a pesar que sabía que mis mejillas muy seguramente estaban sonrojadas y que tenía la mirada de buitre de mis amigos, Alem sonriendo al darse cuenta de mi incomodidad tomando mi barbilla acercó nuestros rostros más de lo que debería y de modo provocador con una voz sexi que todo alfa posee, acercándose a mi oído dijo—entonces te esperaré en tu salón de clases a la hora de la salida, omega, es más hasta te escoltare, porque ahora estás despidiendo un olor, aunque débil demasiado delicioso… por lo que creo que pronto entrarás en celo y como soy todo un caballero y no un neandertal como tú crees, te vigilare por cualquier imprevisto, así que más te vale que te tomes ahora mismo tu medicación.—susurró haciéndome estremecer y medio gemir de deseo y enojo “ni que fuera tu omega maldito alfa neandertal” casi quise gritarle.
—bueno, entonces fue un placer conocerlos…—dijo Alem con aparente normalidad alejándose de mí así de rápido como se acercó, dejándome aún más confundido, porque este chico se comportaba en un momento cretino y diciendo, “no me interesas omega” y de un rato para otro actuaba como un cavernícola protegiendo a su hembra, ese estúpido alfa enserio estaba jodiendo mi mente.
—pero ni siquiera nos has preguntado nuestros nombres—afirmó Aiden algo molesto-si lo sé y no me interesa, así que ahórrense las presentaciones, adiós—dijo en modo arrogante alejándose—qué… cretino—dijo Aiden mientras yo lo único que podía hacer era emitir un gemido.
—sabes…nunca me imaginé que te gustaban los chicos malos, así que cuéntame el chisme como es que te hiciste “amigo” de ese alfa.
Pregunto Aida con malicia, casi podía sentir su modo fujoshi hardcore siendo activado para torturarme si no le daba todos los detalles—no sé a qué te refieres, no somos “amigos”, él solo es un molesto compañero de detención un…neandertal, mal educado y arrogante alfa.
exprese con la mejor cara de asco que pude, intentando ocultar inútilmente lo atraído que me estaba comenzando a sentirme por él “malditas hormonas omega, seguramente es por el celo, no es que me guste ese neandertal” me dije enojado, abanicándome, mientras al mismo tiempo tomaba de mi cartera una de las odiosas pastillas contra el celo.
Odiaba tanto mis supresores que muchas veces estuve tentado a no tomarlas, sin embargo, el fuerte calor del celo y el hecho de que este fuera inestable, sin un mes fijo como otros omegas normales, me lo impedía, porque nunca sabía cuándo vendría, por lo que de mala gana tenía que aguantar los efectos secundarios de mis pastillas, pues era alérgico a todas los supresores, menos a uno, que para rematar sus efectos secundarios me hacía comportarme como idiota y eran de corta duración teniendo que tomar dos pastillas al día, era horrible, pero, era eso o sufrir una alergia que me mandaría al hospital o caer noqueado si cambiaba de medicamento, porque por algún motivo yo era de los pocos omegas que era incompatible con uno de los principales ingrediente de todos los supresores, debido a esto siempre sentí celos de mi hermano mayor, pues él, por más increíble que pareciera, a pesar de ser omega, no sufría de celo, era tan frío de apariencia y cuerpo, era injusto, pero así era mi vida y por lo que veía, ser frío era algo que a mi hermano tampoco le gustaba, porque lo que estábamos igual de disgustados con nuestros metabolismos.
—por favor deja de fingir que no te gusta…—cuestiono Aida con una gran sonrisa malvada que hizo que su hermano gemelo rodara los ojos emitiendo un gruñido frustrado—haaaa…cállate—le dije nervioso dejando mi comida de lado—ya me voy a clases-—dije escapando del interrogatorio de Aida.
—por más que lo intentes, tendrás que contarme tarde o temprano…—amenazó con una sonrisa perversa—hermana…estás avergonzándome-se quejó Aiden—por favor, si yo soporto tus gustos raros, tú estás obligado a soportar los míos, aunque los míos sin son normales acompa…—dijo Aida, cuanto Aiden le tapó la boca abruptamente—…ese es el pacto de hermanos gemelos—continuo Aida cuando se quitó la mano de la boca—en serio, otra vez con eso…esa cosa no es una ley—exclamó Aiden desesperado, ahí me entró la duda de que era lo raro que le gustaba a Aiden, pero en ese momento desistí de preguntar, ya mi mente era un lío y no quería meterme en otro, por lo que me fui a clases y aunque intente concentrarme, me fue imposible, primero porque tenía ganas de correr por todos lados gritando alegremente y porque no dejaba de pensar en Alem y en lo delicioso que era incluso si era un alfa mal educado y cretino, lo que me enojo, pero me hizo sonreír haciéndome olvidar momentáneamente del porqué de mi odio a un chico tan guapo y sexi, cuando la campana sonó sacándome de mi nube me levanté del pupitre tarareando, sin importarme la cara de desconcierto de algunos de mis compañeros de clase, nada me importaba de todos modos, porque estaba muy ansioso de ver nuevamente a mi alfa.
—Ahí está mi príncipe de brillante armadura—dije acercándome a él dando saltitos—has venido a escoltarme ¿verdad?, esto casi parecería una cita sino es porque voy a detención y tu hermano es nuestro angelical carcelero que en realidad es un demonio disfraza….
—oye… que… te pasa…—pregunto mi alfa mirándome de reojo
—nada…es solo, que te ves muy guapo hoy y también besas muy rico…—dije con una sonrisa, sintiendo muy en el fondo como si alguien intentara apuñalarme, pero esos pellizcos eran tan débiles que eran como cosquillas agradables—ok…gracias, supongo—respondió Alem sonrojándose—te vez tan adorables cuando te pones rojo, es como si fueras una cereza deliciosa, sabes a mí me gustan mucho las cerezas, eso explica porqué me gustas, aunque me gustarías mucho más si no fueras tan mal educado a veces, pero eso ahora no importa—exprese lleno de energía, alzando mis manos de arriba abajo.
—en serio qué demonios te pasa, has tomado algo raro…
—solo mis supresores, ¿porque preguntas?
—eso explica mucho…
—si lo sé, odio esas pastillas, pero como no tengo novio no puedo tener sexo para quitarme el celo y además si tuviera novio mi papá los perseguiría con su rifle de caza...ningún chico ha salido conmigo por eso y ese es el motivo por el que aún sigo siendo virgen, si tú eres valiente y te crees capaz de enfrentarte a mi papá, yo estaría muy feliz de darte mi virginidad…
—¡qu…..oye no puedes andar diciendo eso tan a la ligera, contrólate un poco!—me regaño Alem abrazándome y mirando a todos los otros alfas con recelo cuando estos me miraron juguetonamente.
—que pasa…no quieres mi virginidad, porque si no la quieres se la puedo dar alguien más, aunque seguro no será tan bueno…o quizás si…
—haaaaa…por dios, no tienes filtro…—se quejó Alem soltándome al ver como poco a poco todos comenzaban a alejarse.
—es que son mis pastillas ellas me hacen sentir divertido, tengo ganas de correr por horas y horas y bailar—dije animado girando sobre mí mismo—oh…demonios en que me he metido—escuche murmurar a mi alfa, lo que me hizo soltar una carcajada, en ese instante me sentía tan vivo y feliz, aun cuando el bicho molesto que tenía por dentro estaba intentando matarme quien sabe porque motivo.

Comentarios