Capítulo 7 canto de sirena.
El suave resonar de las olas contra las rocas
de la playa acompañaban la suave música romántica, Bram bailaba con su ahora
esposo, quien a pesar de parecer enojado, lo acompañaba en el vals o al menos
lo intentaba, porque Bram hace mucho había comenzado a arrastrarlo por toda la
pista, cuando su compañero se negó a mover los pies, la hada al parecer estaba
harta y quería pasar a disfrutar de su noche de bodas en privado, sin embargo,
no podía porque aún quedaba un largo tiempo de fiesta y nadie lo dejaba cambiar
o escapar de su martirio, como medio de queja tenía un puchero en el rostro y
su entrecejo fruncido a Bram le parecía adorable por lo que le dio pena decirle
a la hada que se veía lindo y no enojado.
—¡no lo soporto, me duelen los pies! Estoy
embarazado, bailar tanto en esta condición es un crimen.
—¡HA! No digas eso en voz alta o tus padres me
mataran…—murmuró Bram estremeciéndose, su mirada se posó a los lados de la
pista de baile, pero solo vio bailando a su hermano con Rodney y a su
izquierda, lejos entre la multitud a sus suegros, ellos estaban tomándose unas
copas en el bar, suspirando regreso su mirada a su compañero, el pobre chico
tenía lágrimas contenidas—a mí también me gustaría irme, pero aún faltan las
fotos familiares y abrir los regalos, si no aguantas más podría cargarte…
Sugirió y no paso mucho cuando su compañero se
le pegó como una sanguijuela al pecho, a lo lejos sus padres lo miraron con
desaprobación, mientras su hermano se reía, pasando al lado suyo, la pobre
sonrisa de Erick se borró al instante, cuando vio entrar a la pista de baile a
Dylan, Bram anticipándose a los problemas moviéndose rápidamente se alejó de la
pista de baile—deberíamos aprovechar este momento para escapar—susurró su
compañero a su oído—no creo que sea buena idea, faltan más fotos y abrir los
regalos, nuestros padres se molestaran—con un puchero Fay le clavó las garras
en la espalda, causándole un leve gemido de dolor—¡ya nos tomamos un motón de
fotos, ¡estoy cansado, quiero ir a la cama ahora!—exigía con una expresión
adorablemente infantil, que casi derritió el corazón de Bram, cuando los gritos
comenzaron—¡cómo te atreves a bailar con Rodney Becker, es un alfa dominante
por si no lo sabes, además su clan es rival con el mío—gruñó el hombre lobo
dejando de piedra a Rodney, el pobre chico ni siquiera sabía en lo que se había
metido y parecía confundido parado bajo las luces doradas de la pérgola—yo
no…—musito—es mi novio, espero que lo aceptes porque lo vinculare—amenazó Erick
dejando con la boca abierta a Rodney—¡no lo acepto no puede haber dos
dominantes en nuestra relación, además no me agrada de la familia que proviene!
—contrarresto Dylan señalando desdeñosamente a Rodney—¡cómo te atreves a
menospreciar a mi familia imbécil, nosotros tememos más poder y honor que tu
insignificante clan!!!—grito dándole un puñetazo en la mejilla a Dylan, sus
ojos se volvieron azul brillantes cuando cambio a un musculoso hombre lobo
—¡Erick es mi compañero, mío solo mío, no
pienso compartirlo con una basura como tú!—gruñó con voz grave, rasgándose el
traje formal con el que había aparecido, Erick sonriendo maliciosamente
haciéndose a un lado, parecía disfrutar todo el altercado, mientras que Bram
comenzaba a indignarse con lo que se había convertido su boda—¡CAMBIA, EXIJO UN
DUELO, SI GANO TE ALEJARAS DE HARI!!!—los ojos de Rodney se volvieron dorados
brillantes un claro indicativo de que estaba a punto de cambiar, sin embargo,
no lo hizo—no me hace falta, para vencer a un imbécil como tú—alardeo
tranquilamente—lo que hizo enojar aún más Dylan, este se abalanzo inútilmente
sin alcanzarlo cuando Rodney dio un paso atrás, los gritos de algunos invitados
alertaron a todo el mundo que estaba distraído, sin embargo, nadie se dignó a
ayudar, las peleas entre lobos solían ser feroces y las personas siempre
trataban de no inmiscuirse en ellas, pues el idiota que intentaba llevar la paz
terminaba por recibir una paliza, pese a eso Bram espero que Alain los
detuviera dado el nivel mágico que el tipo había mostrado, pero el muy idiota
estaba en una esquina todo cariñoso con Amy, la chica estaba sentada en su
regazo y estaban comiéndose la cara lo que enojó a Bram pues si los lobos no
paraban destruirían todo.
—¡BASTAAAA ESTÁN ARRUINANDO MI BODA PAR DE
IDIOTAS!!!—se quejó, sin embargo, ninguno de los dos prestó atención, cuando
Dylan nuevamente intento taclear a Rodney, por su lado el lobo lo esquivó con
facilidad y apartándose hizo que el lobo se estrellara contra el suelo, Rodney
se puso a su espalda y con una patada lo hizo estamparse contra el suelo,
trozos de concreto flotaron por los aires, sorprendiéndolo no solo a Fay y a
él, sino también a Erick quien ahora parecía realmente preocupado.
Los sonoros gruñidos frustrados retumbaban
estremeciéndolos, cada vez que Rodney lo empujaba contra el suelo—¡maldito!
—murmuró Dylan, sangre brotaba de su frente y boca, pero a pesar que intentaba
salir del peso de Rodney, estaba claro que el otro chico era mucho más fuerte
que él y no lo dejaría levantarse, Bram estaba realmente asombrado y
horrorizado, pues a Rodney ni siquiera le había hecho falta transformarse para
vencerlo, Bram nunca había visto una cosa así
—patético…en serio, pensabas que eras
competencia para mi…yo pienso acercarme a quien me dé la gana y tú no puedes
ordenarme, si Erick es tu compañero lo compadezco, un lobo tan débil no se
merece un alma gemela—dijo enfadando a Dylan quien logrando girar, intentó
clavar sus garras en el rostro de Rodney, pero este con leve movimiento de
muñeca, rompió el brazo haciéndolo gritar y aterrizar nuevamente en el suelo de
bruces, la risa desquiciada de Rodney inundó la pista de baile y con una mirada
siniestra Rodney lo agarró por el bello de la espalda, los huesos de Dylan
crujieron bajo el sonido del tranquilo mar y antes de que este pudiera darle
puñetazo, Erick intervino, sus mejillas estaban rojas, gruesas lágrimas rodaban
por ellas—¡PARA…no lo lastimes!!!—sollozo empujando a Rodney, sus dientes
estaban distendidos, sus alas y garras comenzaban a emerger, también el vampiro
había crecido un poco más de lo habitual, por su expresión desesperada, Bram
supo que su hermano estaba a punto de cambiar, los vampiro no solían hacerlo a
menudo, por lo que espero que esto no alentará aún más a Rodney—¡porque sigo
metiéndome en estos problemas! Están molesto…—se quejó emitiendo un suspiro
estresado—ni siquiera ha sido divertido, eres demasiado débil, además es la
boda de mis nuevos amigos sería demasiado malo, si también me peleo con su
hermano—embozo, sus ojos volvieron a ser verdes y dando la vuelta frente suyo
estaba Dan quien se había acercado al escuchar todo el alboroto—estas
bien...—susurro y Rodney colgándose de su hombro solo suspiro nuevamente, ambos
se marcharon a la playa, alivianado a Bram—¡todos regresen a disfrutar la
fiesta, aquí no ha pasado nada, desalojen! —dijo Alain por fin acercándose,
Bram lo miró de modo desdeñoso, pues ya no servía de nada.
—lo siento, no sabía que él podía lastimarte
así…
Sollozo Erick, ambos volvieron a sus formas
humanas—no…yo soy el único culpable, siento ser tan idiota, ahora sé cómo te
sentiste al conocer a mis otros chicos…me molesté, al saber que no sería el
único, fui infantil, pero si sientes algo por él haré un intento para
aceptarlo…
Mordiéndose los labios amargamente Dylan
expresó, tenía una expresión afligida y sus párpados inferiores estaban rojos,
indicios del inminente llanto— realmente lo siento, mentí…Rodney no es mi novio,
solo quería hacerte sufrir por lo del estúpido harem—confesó Hari dejando
helado a Dylan.
—que…demonios, si no te gustaba mi harem,
debiste decírmelo en un principio ¡nada es más importante que mi compañero! —se
quejó, poniéndose a gruñir—si me lo hubieras dicho, ese tipo no me hubiera
dejado maltrecho, es un animal una bestia, el muy arrogante ni siquiera cambió
para patearme el culo… ¡he hecho el ridículo!!!—grito, sonrojado, sin embargo,
paró cuando Erick dándole un beso en la mejilla lo calmó—por eso te estoy
pidiendo perdón, pero tienes que entender que lo de harem me molesto, odio
compartir Dylan, si no los dejas juro que los matare a todos y créeme ninguno
de ellos tendrá una muerte rápida, además te amputare el pene si me engañas o
insinúas en compartirte con otros
—amenazó siniestramente, siendo cariñoso lo que
le puso los pelos de punta a Bram porque los ojos de Erick parecían locos
mientras lo decía, rojos con ira semi contenida al recordar todos los errores
de Dylan, Fay se estremeció también por ese hecho y se apretó más a su pecho—tu
hermano, sí que da miedo—susurro, cuando sus suegros llegaron al centro de la
pista de baile—hacer una cosa así, justo en la fiesta de bodas de mi niño, es
indignante, debería dejarte así, pero soy bondadosa, espero que lo agradezcas
lobo—se quejó la madre de Fay posando sus manos en Dylan y usando su magia un
brillo dorado curo todas las heridas de Dylan incluso su brazo roto
—gracias…señora—contestó apenado—no me des las
gracias, solo espero un buen regalo de bodas para mi hijo—expresó dándose la
vuelta, dirigiéndose donde Bram y Fay—es hora de abrir los regalos y las fotos,
Fay compórtate y bájate de tu compañero, ¡ya no eres un niño! —lo regaño, Fay
frunciendo el entrecejo se bajó de Bram de mala gana, no sin antes
quejarse—¡pero, mamá estoy cansado, solo quiero dormir!!! Además, ya nos
tomates como unas mil fotos, ¿son necesarias tantas? —reprocho—jovencito no le
hables así a tu madre y si aún no son suficientes, este es un día muy
importante, solo te casas una vez, por lo que es mejor que vayas preparándote
para abrir los regalos, te tomare video—exigió su padre, Fay emitiendo un
gemido frustrado regreso a la mesa principal donde ahora están todos los
regalos acomodados.
Pasaron varios minutos y la frustración de Fay
aumentaba, había posado como unas mil veces cada vez que abría un regalo y eso
lo tenía de mal humor, porque además debía fingir una sonrisa, su esposo no
estaba mejor, lucía preocupado ante el cansancio de su linda hada y no quería
más que ir a su dormitorio y darle un masaje para tranquilizarlo, tanto estrés
no le haría bien al bebé, era lo que el vampiro pensaba al mirar a su esposo
desesperado, lo peor era que tenían que abrir cientos de regalos, gracias a que
sus padres habían invitado a todos sus amigos, Bram y Fay ni siquiera sabían el
nombre de muchos de ellos, los regalos pasaban de entre muy buenos a malos,
tanto que Bram estaba tentado a quemar los malos por lo inútiles que eran, es
decir porque él necesitaría bloqueador solar de oro, era un vampiro por dios,
él no usaba esas cosas, se excusaban con que lo usaría en su luna de miel, como
le explicaba a los idiotas que irían a las montañas a una cabaña remota donde
no solo no pegaba tanto el sol, sino que el bloqueador ridículo seguramente
atraería a los mosquitos, el que estuviera hecho de polvo de oro, no solo era
absurdo, sino un desperdicio ridículo de dinero, al final el regalo le resultó
insultante.
—este es el regalo de Amy—dijo Fay con falsa
felicidad levantándolo, sus movimientos lo hicieron ver irritado y algo
desganado—la chica sentada frente a él frunció el entrecejo, Alain solo rió
disimuladamente ganándose un pisotón de Amy—¡ábrelo, me esforcé mucho para
conseguirlo así que más te vale que te gusté!!!—al abrir la caja, la cara de
Fay cambió radicalmente—son…chocolates fabelle—embozo el hada, una sonrisa se
dibujó en su rostro—¡gracias lo amo!!!—gimoteo el hada con lágrimas contenidas,
Amy sonrió diabólicamente y dirigió su vista hacia Rodney quien rodó sus ojos y
le saco el dedo del miedo, el lobo estaba sentado en una de las sillas del bar,
a su lado Dan estaba tomando una bebida dulce con una rodaja de piña en la
copa, la sirena al verlo le saco la lengua y le saco el dedo medio igualmente,
Alain suspiro y posó su mano en su frente, desilusionado del infantil
comportamiento de su compañera, después de otros tantos regalos comunes de
utensilios para su futura casa, al final toco el regalo de Rodney, el lobo
sonrió con triunfo, la caja era larga y de aspecto pequeño, sin embargo cuando
ambos esposo vieron su contenido ambos se quedaron con la boca abierta—¡nos
regalaste una casaaa en el barrio más exclusivo Magicty, ¡ni-ni siquiera mis
padres pudieron conseguir una casa ahí!!!—embozo Bram—y una dotación de dulces
humanos por un año, más un boleto al festival de golosinas y dulces en new
york—siguió Fay, los ojos de ambos brillaban con felicidad, la cara de Amy
antes feliz y victoriosa, ahora era tétrica, Alain gimiendo adoptó su forma
original y Amy entre lágrimas lo abrazó consolándose apenas con el gesto de su
compañero, mientras que Alain fulminaba con la mirada a un Rodney que no paraba
de reírse como loco en su taburete.
Al final fue un trago amargo para la pobre
sirena quien misteriosamente se alejó de Alain después de todo el fiasco,
seguramente para patear o destrozar algo del enojo, Bram y Fay por su parte por
fin pudieron ir a su habitación, Bram no pensaba en hacer nada más que dormir con
su compañero, sin embargo, el hada parecía tener otros planes, cambiando a su
forma pequeña salieron unas palabras que el pobre Bram jamás imagino, ambos
estaban sacándose el traje de bodas para dormir cuando las palabras lo dejaron
helado—quiero intentar una cosita, como es nuestra noche de bodas este será mi
regalo—con una sonrisa malvada el hada expresó, Bram ignorante, viendo a su
hada con duda se preguntó que tramaba—¿qué cosa piensas hacer? no quiero que te
sientas presionado por ser nuestra noche de bodas, sé que estas cansado por lo
que si quieres puedo darte un masaje y luego podemos dormir—sugirió con una
sonrisa honesta que no duró mucho— y yo que pensaba darte una mamada con este
aspecto—expresó alegremente Fay transformándose a su forma pequeña, su desnudez
sonrojo a Bram y su pene se puso duro al instante haciendo una vergonzosa
tienda de campaña en su bóxer, todas las buenas intenciones del vampiro
salieron volando por la ventana con la sugerencia, relamiendo sus labios
intentó calmarse y pensar en otras cosas
—¿estás seguro?… pensé que estabas cansado…no
es necesario que te esfuerces, además estas embarazado mi deber es…—dijo,
cuando Fay bajo su ropa interior, sus alitas revoloteaban y su diminuta lengua
labio su labio inferior con lujuria contenida—esto no…se si es correcto…es
decir no estas a tamaño normal, no sería demasiado perver…aaahhh—gimió Bram
todo sonrojado al ver como su hada abrazaba su verga, sus piernas se
debilitaron, cuando su lengua se clavó en el pequeño orificio de su glande,
Bram se recostó en la cama y su pene comenzó a llorar pre semen como loco,
sobre todo cuando Fay comenzó a besar la punta y a restregar todo su diminuto
cuerpo contra su verga, sus pezones estaban rojos e hinchados haciendo emerger
sus colmillos y gruñir su estómago con hambre de sangre, su pequeño pene a los
ojos de Bram se veía adorable moliéndose contra su enorme verga.
—¡creo que voy a correrme!—sollozo y su hada
comenzó a morder y a chupar su glande con su diminuta boquita, mientras sus
manitas jugaban con su prepucio, bajándolo y subiéndolo, Fay siendo más
atrevido abrió su boca lo máximo que pudo tragando una gran parte del glande de
Bram, quien gimiendo de placer terminó por correrse copiosamente, Fay apenas
pudo tomar todo, por lo que la mayoría del semen salió disparada hacia arriba
manchando todo su cuerpo—¡tan bueno…es dulce, sabe tan dulce!—dijo
lujuriosamente Fay lamiendo la corrida golosamente de la verga de su compañero,
mientras inclinando su espalda se frotaba su agujerito sobre el enorme pene,
estremeciéndose y relamiendo los restos de semen de su rostro, apretó las bolas
de su compañero mientras se molía, su agujerito comenzó a llorar lubricación
desconcertando a Bram—pensé que tu celo ya había pasado…estas embarazado esto
ya no…tiene sentido—gimió y su verga medio flácida comenzó a llenarse
nuevamente—las hadas…estamos cachondas durante todo el embarazo—se quejó Fay,
su respiración era trabajosa al bajar y subir sus caderas por el garrote ahora
duro, temblando y dándole un apretón placentero a los huevos de su compañero se
corrió—cambia…quiero estar dentro de ti…además con lo que has hecho, ahora
tengo hambre, quiero amamantarme tus lindos pezones…
Recostado en la cama Bram relamiendo sus
labios, exigió al ver cómo el diminuto agujerito de su compañero aun titilaba
deseoso por ser llenado, pero antes que pudiera cumplir sus deseos la puerta
fue azotada con golpes estruendosos y molestos, Bram gruñendo tomo a Fay y
arropándolo con las sábanas se dirigió a tomar una bata del closet, enojado
acercándose a la puerta gruñó haciéndole ver al incauto que tocaba que no
estaba de humor, su verga aun dura e insatisfecha hacían una dolorosa carpa.
—¡es nuestra noche de bodas váyanse a mierda!
Grito—regresa a la cama, solo ignóralo—sugirió
Fay—¡chicos necesito ayuda, es de vida o muerte, así que salgan de ahí, juro
que se los compensare!!!—la afligida voz de Amy suplico—¡qué quieres sirena
tonta, se te perdió Alain, si es así me parece insultante que interrumpas
nuestra luna de miel! —objetó Fay con el entrecejo fruncido—¡por supuesto que
no es algo tan tonto como eso! Es solo que...creo que cometí un error al venir
a tu boda, las pastillas que me dio Alain fracasaron y soy demasiado joven para
ser madre, así que quiero que me aten con cadenas y no me dejen hablar, ¡por
favor! creo que estoy a punto de entrar en celo…Dan tan bien está igual, esto
es de vida o muerte, los condones no funcionan en nosotros—sollozo la sirena—
¡qué hay de los anticonceptivos puedes tomarlos después de tener sexo!
Sugirió Fay rodando los ojos, a lo que Amy
gimió frustrada—nada funciona…nosotros las sirenas y tritones somos en extremo
fértiles, sabes lo difícil que es para nosotros pasar por el puto celo y el
embarazo, ¡tenemos trillizos por pasto maldita sea!—se quejó, por lo que ambos
suspirando, se limpiaron a paso acelerado y vistieron, amargados abrieron la
puerta encontrando a Amy con unas gruesas cadenas, Dan estaba junto a ella con
el rostro sonrojado y la mirada perdida, mientras Rodney permanecía en silencio
mirando detenidamente a Dan, en su expresión podía verse la preocupación por su
amigo—¡espero que no sea una exageración, solo se tiene una luna de
miel!—amenazó el hada—no lo haría si no fuera así, no le puedo pedir ayuda a
nadie más, Rodney es fuerte, pero necesito toda la ayuda posible sobre todo
porque somos dos los que están a punto de entrar en celo, no dejen que ninguno
cante.
Instruyó Amy, su mano dibujo símbolos ilegibles
en el aire acompañados por susurros en un dialecto típico de una bruja al
convocar hechizos, en la habitación de la tierra emergió un poste—apresúrense
antes que comience a…—dijo quedando helada de la nada, para después comenzar a
cantar de la nada con una melodiosa e hipnotizante voz—¡demonios! —grullo
Rodney tomando la cadena y apresurado ató a la chica al poste—¡debemos taparle
la boca! —alarmado sugirió Bram, Fay corriendo por la habitación se dirigió al
closet, sacado una corbata de las gavetas, retorciéndola la clavo por la boca
de Amy, amortiguando su canto, Fay se encontraba haciendo el nudo, cuando un
viento helado abrió todas las ventanas y de un montón de partículas oscuras
Alain apareció en medio de la sala, sus ojos parecían idos, con un movimiento
de muñeca los mano a volar a todos, clavando a Bram y Rodney a la pared, mientras
que girando su rostro rompió las cadenas, su enorme virilidad erecta abultaba
las costuras del costoso traje.
—¡Alain maldito bastardo, Fay está embarazado
si lo has lastimado te matare! — amenazó Bram, sus azulados ojos se habían
vuelto rojos por la ira, pero por más que intento moverse para atacar al chico,
no pudo moverse ni un poco—¡no te preocupes estoy bien! — dijo Fay acostado de
espaldas en el suelo—no puedo levantarme, debe ser uno de sus hechizos—expresó
el hada, poniendo cara de asco cuando escucho gemir a su primo placenteramente,
levantando su vista levemente vislumbro a ambos besándose apasionadamente,
mientras se rozaban y Alain apretaba desvergonzadamente los pechos de Amy—¡no
se si ha sido buena idea ser amigo de ustedes, como le hacen para meterse en
problemas todo el tiempo, ¡esto es tan molesto!!!—se quejó Rodney, gruñendo el
chico logró romper su hechizo, gimiendo irritado masajeo su cuello, para
mitigar los molestos efectos de la magia paralizante—detesto la magia—expresó
frustrado y acercándose a espadas de Alain logró separarlo de Amy de un
movimiento, ambos enojados intentaron nuevamente hechizarlo, sin embargo,
Rodney haciendo presión en el cuello de Alain logro dejarlo inconsciente, la
sirena al ver esto convocando espinas de hielo mágico intentó atravesarlo, pero
estas al impactar en su cuerpo no le hicieron nada, volviéndose polvo helado al
impacto, Rodney tomó las cadenas y con los gritos enfurecidos de la sirena, el
lobo logró atarla nuevamente y esta vez logró amarrar su boca no dejando que
volviera a cantar.
—listo…—expresó el lobo, mirando de reojo a
Bram y Fay quienes aún seguían clavados a la pared y al suelo sin poder
moverse—¡como lo haces, ¿es magia acaso?!—pregunto Fay—no…es un regalo de mi
madre, soy mestizo para mi desgracia, por lo que ella me concedió su don para
hacerme invulnerable—¿invulnerable? Esa magia no es complicada, además de
prohibida—lo es…pero, mi madre era una inmortal—confesó sorprendiéndolos a
ambos, los inmortales eran inmunes a la magia, además de ser completamente
indestructibles, solo otro inmortal podía matarlos, por lo que era imposible
detenerlos, el consejo apenas podía combatir sus incursiones, por lo que eran
temidos y odiados, sus habilidades habían sido obtenidas gracias a las brujas quienes
habían realizado sacrificios de sangre y magia divina prohibida, cabe mencionar
que los humanos con su nuevo don, no tardaron en revelarse cuando habían
obtenido lo que deseaban, desde entonces se habían dedicado no solo a cazar
brujas, sino a todo paranormal que vieran, además de reclutar humanos en sus
filas, en su misión por erradicar a los monstruos como ellos los llamaban, Bram
ahora entendía porque Dylan miraba con odio a Rodney y a su familia.
—por cierto, dónde está Dan—preguntó
repentinamente Fay asustándolos a los dos, con todo el alboroto que había
armado Amy todos se habían olvidado que también Dan estaba afectado por el
celo, el tritón al parecer había escapado con todo el alboroto sin que nadie lo
notara —¡mierda! —gimió Rodney jalándose el cabello de los nervios con la
situación—sabía que tenía que vigilarlo, ¡porque demonios tiene que ser tan
callado!!!—camino nerviosamente por la sala divagando palabras ilegibles, antes
de pararse en seco y dirigirse a la puerta, pero se detuvo al ver levantarse
Alain, Rodney se puso en guardia esperando otro enfrentamiento, sin embargo, el
hada solo gimió de dolor y parecía desorientado—que fue lo que pasó…—preguntó,
dirigiendo su mirada a una atada Amy quien lo miraba con deseo, gruñendo de
frustración retrocedió tapando su nariz, hasta encontrarse con Bram pegado a la
pared—te pusiste todo lujurioso y nos hechizaste, serias tan amable de
liberarnos a Fay y a mí—se quejó el vampiro—que yo hice que…eso es
imposible—cuestiono, pero luego abriendo sus ojos de par en par y mirando a Amy
con el entrecejo fruncido pareció acordarse de su locura momentánea, sonrojado
por la vergüenza retiro el hechizo de ambos—cómo es posible que las pastillas
anticonceptivas no funcionaran, las hice yo mismo—se cuestionó respirando con
dificultad, su rostro aún estaba rojo y pequeñas gotas de sudor rodaban por su
cara—por ahora, eso no importa, hay que buscar a Dan antes que cometa una
locura—dijo Rodney saliendo por la puerta apresurado—ustedes dos…cuiden a Amy y
por favor ni se les ocurra quitar esa corbata de su boca, quiero también que
pongan velas aromáticas o ambientador, no sé si podré controlarme con el aroma
que está esparciendo, exigió Alain levantándose del suelo, sus piernas estaban
inestables y aún tenía una enorme erección adornando sus pantalones.
—¡pero, es nuestra noche de bodas, no puedes
llamar a sus padres o algo!
Se quejó Bram ayudando a ponerse de pie a
Fay—¡estas bromeando, su padre me matara él me advirtió que la cuidara y que
cada vez que su celo estuviera próximo la llevara a casa, nunca me advirtió que
fuera así de fuerte o que las pastillas no funcionarían, si se lo cuento me
prohibirá verla durante los próximo 100 años, no pienso parecer irresponsable a
sus ojos—cuestiono caminando con dificultad a la salida, afuera aspiró el frío
aire salado del océano, preguntándose cuántas cosas no sabía de las sirenas,
ellas mantenían en absoluto secretismo todo, incluso no se sabía nada de sus
tradiciones, lo que le parecían absurdo, seguramente esconden algo, pensó
regresando su vista a la habitación de su primo, no obstante, preguntarle a las
sirenas no era algo que estuviera al alcance de Alain pues ellas tenían
prohibido hablar cualquier cosa de su cultura, sus pasos se volvieron más
ligeros, entre más se alejaba de Amy, pronto se encontró con Rodney, la playa
parecía extrañamente silenciosa y el cielo era iluminado por un resplandor
azulado, la expresión de Rodney era afligida mientras miraba el cielo, Alain
dirigiendo su vista a donde Rodney lo hacía, supo el motivo, Dan yacía asientos
de metros sobre el cielo, montando un dragón blanco que se alejaba a gran
velocidad.
—llegamos tarde…
—no te preocupes, dudo que Kristof le haga
daño…
—no es eso lo que me preocupa, es solo que no
quiero que Dan sufra, ese dragón tiene una prometida y sus problemas solo
empeoran con esto…me da pena porque es mi amigo y no quiero verlo mal…
El gélido viento del mar despeinó el cabello
negro de Rodney, su rostro estaba oscurecido, pero podía verse remordimiento y
culpa en el
—¿Qué? pensé que te gustaba…
—¡ha! —gimió, el lobo dirigiendo su mirada a
Alain—pero, por supuesto que no…él fue el único que no me discrimino ni pensó
que estaba loco y pese a que en un principio me tenía miedo no hizo más que ser
amable, nadie se ha portado así conmigo, lo apreció, pero no me gusta de ese
modo
—¡pero dijiste que olía agradable, ¿recuerdas?!
—si…ya aclaramos eso…creo que huele a mi
compañero, pero no sabe de dónde se le pudo impregnar, no es como que importe,
sobre todo porque su entorno está lleno de humanos y yo los detesto
—¿sabes? Lo que acabas de decir es
increíblemente estúpido, porque además eres medio humano, hasta cuándo piensas
seguir con esto, seguramente ese es el verdadero motivo por el que no puedes
cambiar, se lo dije a tus padres y ahora te lo digo a ti, si no te aceptas a ti
mismo el lobo dentro de ti no lo hará…
Un gruñido enfurecido rompió el silencio y la
calma—¡tú qué sabes de mí, nada, no sabes nada…todo lo que me hicieron, los
humanos son una enfermedad y ninguno de ellos es bueno!
grito, sus ojos eran dorados por la ira y su
respiración era entrecortada, empujando a Alain se marchó dejando al hada algo
mortificada, pues había lastimado a Rodney sin querer, la madre del chico ya le
había advertido lo inestable que era, pero como era de esperarse este día nada
le salía bien, emitiendo un gemido frustrado supo que tendría que dar muchas
disculpas y resolver problemas, lo que le produjo un dolor de cabeza, había
aceptado ayudar a Rodney como un favor especial al clan wythameir, después que
estos rescataran a su reina, cuando un grupo de cazadores la habían
secuestrado, ellos habían ayudado sin pestañear, ni correr con la cola entre
las patas como lo habían hechos los otros clanes, cuando supieron que un
inmortal estaba involucrado, en agradecimiento como el líder de los caballeros
de la reina, él le sugirió al alfa de wythameir que pidiera lo que quisiera, el
alfa simplemente pidió que le buscara amigos a su hijo menor y que le ayudará
con todos sus problemas, lo único que le dijeron fue que no podía cambiar
debido a un simple trauma y nada más, pero al parecer era más complicado que
eso, Alain se inauguró noches en vela y dolores de cabeza, sobre todo por la
horrenda actitud del chico, quien al parecer no quería ser ayudado (…)
Fay tenía sus mejillas hinchadas, su entrecejo
estaba fruncido y su cara estaba roja del enojo, sus alitas estaban
revoloteando, mientras estaba sentado en un centenar de maletas—¡enserio, no
sabes, como lo siento, perdón, pero enserio quería estar en tu boda, es decir
solo te casas una vez y eres mi mejor amigo por lo que quería estar presente! —
se excusaba Amy arrodillada frente a Fay, el chico emitiendo un gruñido
enfurecido desvió su mirada—verdad que sí…así como solo se solo se tiene una noche
de bodas, que por cierto arruinaste—contrarresto con sus brazos cruzados—sí, lo
sé, pero juro que te lo compensare—sollozó la chica, cientos de hechizos
mágicos decoraban su piel—piensas que no me siento mal, lo peor es que mi
maldito celo aún no termina y estos maldito hechizos no hacen más que darme
comezón y no es como que funcionen al cien por cien—se quejó, pero Fay la
ignoro—Fay…deja de ser cruel y rencoroso, tanto odio no te hace bien,
amor—expresó Bram acariciando su diminuta mejilla, el hada enojada le mordió el
dedo—¡ellos arruinaron nuestra noche de bodas, nunca tendremos otra!!!—sollozo
Fay con lágrimas contenidas
—lo sé, pero cuando lleguemos a la cabaña
podemos fingir que estamos en nuestra noche de bodas, prometo hacerlo especial
—¡no es lo mismo! —estalló en llanto, Bram
tomándolo entre sus manos lo llevó a su pecho, acariciando su cabello intentó
consolarlo, pero las gruesas lágrimas no paraban de rodar por sus diminutas
mejillas, la mirada de Bram con el sufrimiento de su compañero se oscureció sus
ojos antes azules se volvieron rojos, con una sonrisa perversa miro a
Amy—espero que valga la pena esa compensación—dijo con voz de ultratumba
estremeciendo a la pobre sirena, Alain llegó al poco rato, su rostro estaba
rojo al parecer el celo de Amy aun le seguía afectando pensé a los cientos de
hechizos de contención que había garabateado en su cuerpo y el centenar de
pociones que la había hecho beber, Bram sintió un verdadero respeto por el
primo de Fay, pues él había caído a la primera cuando el celo de Fay ocurrió,
ambos subieron las maletas al coche, escuchando los lloriqueos de los padres de
Fay al ver cómo su bebé se marchaba a su luna de miel, los padres de Bram
estaban junto a ellos e intentaban tranquilizarlos, hablando de lo seguro y
romántico de la cabaña, pero esto no frenó los miles de sermones que le dieron
a la pobre hada, quien rodando sus ojos asentía a todo, sin hacer verdadero
caso y cuando todas las maletas estuvieron guardadas, ambos despidiéndose
brevemente subieron al coche alejándose con moderada velocidad, Bram conducía,
mientras Fay se comía los chocolates que Amy le había regalado.
—la cabaña es un lugar realmente bello te
encantara, juro que haré todo lo posible por replicar nuestra noche de bodas…
—no te preocupes, no estoy enojado por
eso…—musito el hada con voz melodiosa y feliz descolocando al vampiro, quien
desviando su mirada por un momento se le quedo viendo sorprendido.
—solo estaba siendo dramático, estos chocolates
son delicioso, me vendrían bien conseguir más, pero no es como que seamos
ricos…—expresó alegremente—cuanta maldad en un cuerpo tan chiquito—dijo su
esposo con una sonrisa, a lo que Fay respondió arrojándole el envoltorio del
chocolate—tendré antojos pronto y quiero verte conseguir estos chocolates,
además dejémonos de ser moralistas, adoras cuando soy malvado…
—por supuesto que lo amo, como no lo haría,
aunque yo si estoy molesto, me quede con las ganas y frustrado sexualmente, así
que creo que es un castigo más que aceptable
—vez que tenía razón
Exclamó el hada sacando otro chocolate de la
caja, después de varias horas de recorrido, entre un espeso bosque, cuando
subían la colina por una carretera de tierra, la casa salió a la vista, era de
piedra, el techo era de dos aguas y el edificio principal sobre salía, atrás se
podían ver dos conjuntos de techos de un agua a cada lado de la estructura,
tenía una chimenea a su izquierda, unas gradas de madera guiaban al acceso y
cientos de flores acompañaban a cada lado de las gradas, Fay al verlo se quedó
enamorado de lo hermoso del lugar.
—creo que esta luna de miel con noche de bodas
recreada me va a gustar—exclamó con una sonrisa, su compañero dedicándole una
sonrisa bajó del coche abriéndole la puerta—es hermoso ¿verdad? Mis padres
solían traer a vacacionar aquí, si no estuviera tan incomunicado me mudaría,
ellos después de todo me la habían ofrecido, pero Rodney nos regaló una casa
mejor, así que supongo que podríamos usarla para vacacionar también.
—es realmente lindo y si…podríamos venir aquí
cada vez que estemos harto de la ciudad supongo—sugirió volando por el hermoso
jardín exterior, Bram aclarando su garganta levemente miró a su compañero
expectante—qué sucede qué quieres—preguntó el hada, haciendo reír al
vampiro—solo quiero cargarte a vieja usanza, después de todo es tradición que
el novio lleve a su esposo en brazos antes de entrar.
—eres un loco romántico, pero solo porque estoy
de buen humor te lo acepto—dijo Fay, cambiando de tamaño saltó a los brazos de
su esposo y juntos entraron en la rústica casa.
Comentarios
Publicar un comentario