Capítulo 6 al fin juntos.

 



Capítulo 6 al fin juntos.

 

No sabía qué hacer, me sentía como un gato a punto de ser devorado por su presa, lo peor de todo es que yo era el cazador y no la presa, sin embargo, en una casa llena de hadas hostiles hacia mí, me sentía perdido, sollozando recordé la mezquina mirada de todos los parientes de Fay, por sobre todo la de sus padres quienes con miradas cínicas compartidas esperaban que perdiera, esto sin duda era una prueba. Me estaba volviendo loco tratando de ignorar a Fay, cuando me hizo señas nuevamente para que escapáramos de la reunión, fingí no darme cuenta de sus descaradas de mandas al lamer la cuchara con insistencia, cuando le daba un bocado a su postre, pero estaba comenzando a empalmarme vergonzosamente debajo de la mesa, su dulce olor era lo peor, esto se estaba volviendo realmente peligroso a este paso embrazaría a Fay y sería castrado, no sabía qué hacer y el dormir solo me aterraba, por lo que roge a mi hermano para que se quedara conmigo y así alejar a la tentación, no obstante este con una risa burlona de suficiencia se negó, haciendo mi sufrimiento aún mayor, por lo que sí Fay entraba a hurtadillas a mi habitación, como sospechaba, lo único que me quedaba era negarme a sus avances, definitivamente lo conseguiría, aunque me costara la vida y lo viera llorar…definitivamente lograría pasar la pruebas de mis suegro, jure y más que decidido cerré con llave la habitación de huéspedes, rezando para que mi auto control no flaqueara (…)

 

En la sala yacían desparramados un centenar de hadas ebrias, unas tiradas en el sofá de modo poco cómodo, otras acostadas en el duro suelo, envases de licores adornaban el suelo, los relámpagos de una tormenta emergente, iluminaban la sala y el ruido de la lluvia en el tejado ensordecían los pasos de Fay quien con un candelero, apenas iluminaba su paso entre los cuerpos inconscientes por el alcohol, su cabello parecía brillar con los relámpagos haciendo más claro el centenar de flores blancas que adornaban su cabello fucsia, una manta cubría su diminuto cuerpo, pero también lo hacía parecer un ladrón, lo cual no estaba muy lejos de ser verdad, con una sonrisa perversa al llegar a su destino, robó la llave del bolsillo de su padre, el pobre hombre estaba encorvado en el sofá roncando y ni se inmuto cuando Fay rebusco en sus bolsillo, al obtener su premio con paso sigiloso camino a las escaleras intentando no despertar a sus familiares, cuando llegó al cuarto de huéspedes abrió la puerta, con una siniestra sonrisa de victoria, entró y tiró la sábana que cubría su desnudez a un lado, cerró nuevamente la puerta con llave, respirando aceleradamente miró al que pronto sería su esposo, este dormía todo apacible sin siquiera imaginarse la que se le venía encima.

 

pasos pausados y sigilosos guiaron a Fay al lecho de su prometido, desesperado, inclinándose en la cama le saco los pantalones junto con la ropa interior y relamiendo sus labios observó el miembro viril de su compañero, para estar dormido era bastante grande, emocionando al hada que a pesar de verlo con bastante frecuencia, siempre se sentía cohibido bajo la perversa mirada lujuriosa de Bram cada vez que tenían sexo, por lo que evitaba quedársele viendo por demasiado tiempo, sin embargo, con Bram dormido ahora podía apreciar cuán hermosa era su verga, era larga, gruesa, tenía un prepucio más que tentador y un adorable tono rosa en la cabeza.

 

Gimiendo tomo el pene con una de sus manos, excitándose cuando comenzó a espesarse al simple tacto, su novio gimiendo se retorció en la cama sin despertarse, por lo que acaricio todo el largo del pene con su mano, bajo sus labios y lamió la punta escondida, besándola y chupándola con tanta insistencia que hizo bajar el prepucio y revelar una cabeza gorda y rosa, una perla de semen salió por su diminuta ranura, sin esperar más, deslizó sus labios glotonamente, logrando tragar todo el miembro, Fay sentía dicha y éxtasi al sentir como iba creciendo cada vez más en su boca hasta dejarlo atiborrado y con la mandíbula adolorida, aquello lo dejó loco de lujuria, necesitado con su mano libre, paso por su espalda hasta du adolorido agujero, ya estaba húmedo y un poco abierto de la pequeña diversión que habían tenido hace pocas horas, comenzó juguetear con sus dedos metiéndolos y sacándolos, pero estos no eran para nada suficientes y no podían ir tan profundo como deseaba, haciéndolo sentir frustrado

 

—mmm…Fay…

 

Murmuró Bram entre jadeos abriendo los ojos de apoco, embobado miro con lujuria como Fay estaba atiborrado con su verga, su linda boquita se veía tan obscena que gimiendo de placer, empujo sus caderas en los lindos labios de su compañero, pensando que era un sueño, agarro su cabello y empujó como un salvaje, solo bastaron tres empujones rudos para que se corriera estrepitosamente, llenando la boca de Fay con abundante esperma, el hada al obtener su premio con gusto, deslizando su labios del miembro, comenzó a lamerlo glotonamente no dejando que se ablandara o escapara algo de entre sus labios, tras unas cuantas lamidas y bajadas para morder y chupar las bolas de su compañero, Fay logró que nuevamente el pobre vampiro se pusiera duro, Bram aún algo atontando, despeinando el húmedo cabello de Fay, comenzó a despertar poco a poco de su bruma sexual y al sentir el dulce aroma de su prometido impregnaba la habitación llamándolo a aparearse, supo que no era un sueño, con un leve grito se separó e intento volver a ocultar su erección, sin embargo, no encontró sus pantalones, además de que Fay recostándose encima de él impidió que escapara.

 

 

—¡No te atrevas esto aún no he terminado!

 

 

—F-Fay no podemos hacerlo…tus padres dijeron que…

 

 

—no importa lo que ellos hayan dicho, yo…yo te necesito…acaso no me quieres…me duele, moriré si no me tocas-sollozo la hada con la carita llena de dolor, sus lágrimas rodaban por sus mejillas sonrojadas enloqueciendo a Bran, aquello era una vil trampa, sin embargo, el vampiro lo desconocía o fingía no saberlo, pues no había algo peor que le rompiera el corazón, que ver a su compañero llorar, el vampiro secando las lágrimas, se encontró acorralado y mandando toda su meditación anterior por un caño, terminó por ceder con apenas un poco de insistencia de su compañero—Yo…intentare complacerte, pero…no voy a correrme dentro, entiendes amor.—murmuró con la respiración pesada por la lujuria—entiendo…—dijo el hada entre sollozos falsamente lastimeros, mientras relamiendo sus labios, abrió sus piernas con impaciencia dejando ver su pequeño agujero rosa empapado con liquido pre seminal, Bran suspirando de placer acarició la punta de su pene en la rosada entrada, pensado en solo rozarse sin entrar, pero los lujuriosos gemidos de Fay lo distrajeron de los malvados planes del hada—¡más!—exigió el chico, pero el vampiro negando, se rehúso a entrar, acariciando únicamente la punta de su verga con el pequeño botón fruncido, por lo que Fay arrojándolo con fuerza en el colchón, aprovechándose de su momentáneo asombro, tomando la verga de Bram la guio a su necesitado agujero, montándolo duro y de un solo empujón entro completamente, Bram quedó atónito, porque Fay nunca había sido tan agresivo en la cama.

 

 

—¡porque lo hiciste… no quería meterlo, ellos me mataran, esto era una prueba y acabo de fraca…!!!

 

Fay ni siquiera lo dejar terminar, moviéndose de arriba a abajo, sus paredes internas se volvieron semi espinosas apresando al pene de Bram de modo tan delicioso que el pobre vampiro temblando apenas podía negarse y como último atibismo de cordura, intento salir y algo que nunca imaginó ocurrió, su pene había quedado atascado, a pesar de que podía salir un poco las paredes internas lo succionaban hacia adentro, cerrándose alrededor de su corona cuando sacaba la mitad, temblando supo que estaba perdido, Fay con una perversa sonrisa se empujó, haciendo que por poco se corriera por la estrechez, además que las paredes internas, ahora semi espinosas por el celo, estaban masajeándolo y succionándolo incentivándolo a correrse.

 

 

—¡Fay, como pudiste, esto no…se suponía que pasara!

 

Sollozo indignado, sin embargo, sus caderas comenzaron a encontrarse con los empujes necesitados de Fay, el olor del celo de su pareja se volvió más espeso, provocando lujuria en el vampiro—yo…enserio, quería hacer las cosas bien—gruñó empujando duramente, haciendo gritar de placer a Fay, la hada estremeciéndose se corrió manchando todo su pecho, su seductora lengua salió a lamer los pocos rastros que mancharon sus tiernos labios, Bram al verlo tan sexy montando su verga y lamiendo los restos de su placer, terminó por enloquecer y dejarse arrastrar por el celo.

 

—¡Bram…lo necesito, por favor…

 

Rogó y el vampiro sin pensárselo clavó sus colmillos en uno de los lindos pezones manchados con semen y comenzó a mover sus caderas como loco, tumbó a su compañero en la cama y abriendo sus piernas de par en par, gruñendo como un animal las acomodo por encima del pecho del hada, mientras se amamantaba de la sangre, lamiendo y mordiendo dejo el tierno pezón para darle el mismo tratamiento al otro, dejando marcas de colmillos por este, sus caderas no paraban de machacar al pobre chico y la cama comenzó a rechinar amenazando con ceder, la sangre de su compañero y más el celo lo dejaron tan fuera de sí que con un gruñido de placer se corrió, fue tanto el placer que semi cambió a su forma de batalla, sus alas de murciélago se desplegaron y sus garras crecieron, rasgando las sábanas, sus ojos azules comenzaron a brillar.

 

—mira lo que me has hecho—se quejó, pero su voz lo traicionaba sonando roca y llena de necesidad—tan bueno…me siento tan lleno, pero…no es suficiente—gimió el hada, enfocando su vista al punto donde se unían, un leve hilo de semen mezclado con su lubricación escapa por entre sus piernas—¿que aún no es suficiente?—gruñó—sacando su verga embarrada de fluidos hasta la mitad, para entrar nuevamente, esta vez además de estrecho y caliente, el agujero de su compañero se había vuelto muy húmedo, las paredes internas aún seguían clavando sus púas carnosas por toda su verga exigiendo más semen, empujando con fuerza volvió nuevamente a casa, sintiendo el comienzo de un nuevo orgasmo—eres insaciable…tanto quieres que me corra y te embarace

 

—¡si! Lo deseo, lo quiero tanto…—encontrándose con las embestidas de Bram el hada rogó, Bram clavando sus colmillos en su cuello comenzó nuevamente el frenesí, Fay aferrándose a Bram parecía en éxtasis, su voz ya sonaba ronca y sus uñas se le clavaban en la espalda, esto no hizo más que excitarlo, por lo que dejando el cuello con una marca de mordida, beso a su compañero apasionadamente, sus lenguas se enredaban entre sí y Fay probó el metal de su propia sangre, con un grito amortiguado por la boca de Bram se corrió nuevamente, derramándose en el abdomen de ambos, Bram lo siguió tiempo después, sin embargo, no se hablando para nada, lamiendo los labios dejó de lado el beso, para nuevamente atacar a los pobres pezones abusados de este, esta sin duda sería una noche larga para ambos y Bram no dudaba que a la mañana siguiente se levantaría siendo padre, con ese pensamiento, el traidor agujero de su compañero lo apretó, las púas carnosas lo chupaban exigiendo más semen, si no embarazaba a Fay, sería un milagro, gruñendo atiborrado y borracho de sangre logró llegar, el semen se desbordó del agujero de su compañero, sin embargo, este aun sollozaba de necesidad, Bram tenía un extenuante trabajo por delante (…)

 

El pequeño rayo de sol a través de la ventana despertó a un aturdido Bram, algo adolorido y con arañazos por doquier en su cuerpo, logró apenas levantarse de la cama, las sábanas yacían hechas tirones aun lado , el cuerpo le dolía y por más sorpréndete que pareciera, también sentía su pene destrozado, horrorizado miro su miembro, este estaba en carne viva y tenía un centenar de puntos rojos, hechos por el agujero de Fay al cambiar por el celo, hasta parecía un poco hinchado a simple vista, con un suspiro desesperado recordó lo salvaje que se volvió todo la noche anterior, nunca ni en un millón de años se imaginó que su compañero lo atacaría, después de todo Fay solía ser un poco tímido a la hora del sexo y se saciaba con bastante facilidad a comparación suya, sin embargo, la noche anterior lo sorprendió y aterrorizo, pero ese no era el verdadero problema, no… lo realmente, lo complicado llegaba ahora, cuando Bram con lágrimas contenidas miro como las flores en la cabeza de su pareja eran de un lindo rosa pálido, avisando sin duda que estaba embarazado, recostándose nuevamente en la cama comenzó a meditar qué haría, no es como que la última vez le hubiera funcionado, es más había sido extremadamente patético y débil.

 

—deja de pensar tanto, me estresas…

 

Gruño Fay aferrándose a él mientras bostezaba, en su cuerpo podían verse las evidencias de cuan débil y patético había sido, todo su lindo cuerpecito estaba repleto de mordidas—que vamos a hacer tus padres cancelaran la boda y me prohibirán verte…—gimió lúgubremente deseando retroceder el tiempo y pegarse una bofetada por ceder tan fácilmente—puedes tranquilizarte Alain nos debe un favor, mi hermano también embrazo a su esposa antes de tiempo, por lo que mi hermano le pidió ayuda, Alain le dio una poción que desapareció las flores y disperso el aroma del embarazo, no hay nada de qué preocuparse— girando Fay tomo su teléfono, haciendo gemir al vampiro al ver el delgado hilo de esperma escapando del muy usado e hinchado agujero de su compañero, eso lo hizo sentir aún más culpable, mientras Fay tecleaba con una expresión desinteresada—me acaba de contestar y dice que puedes recoger la poción ahora si puedes…—con rapidez, poniéndose su ropa Bram desapareció por unos instantes en una neblina negra, apareciendo poco después con una caja, Fay poniéndose de pie tomó la caja y colocándola en su cama, ambos la abrieron revelando un centenar de francos pequeños de color violeta, Fay agarró uno de los francos y bebió uno sin inmutarse.

 

—estás seguro que no le causarán ningún daño al bebé

 

Pregunto preocupado—no…mi sobrino está más que saludable y dudo que Alain me dé algo mal hecho, ahora solo es cuestión de esperar—bostezo, poniéndose una camisa de Bram que estaba tirada en el suelo, junto a sus maletas, para luego tirarse otra otra vez a la cama a dormir, a los pocos minutos las flores rosa desaparecieron, así como el dulce olor indicativo del embarazo, suspirando de alivio Bram abrazo a su pareja, dándole un beso en la frente, cuando en ese momento la puerta de su habitación fue abierta, asustándolo de muerte, cayó estrepitosamente de la cama golpeándose la cabeza—interesante, no es tan malo como imagine ¿Qué hiciste? Luego me lo dirás…porque estoy más que seguro que anoche escuche unos gemidos “sospechosos” pero, ahora solo venia avisarte que la familia de Fay está por despertar, así que sería bueno que tu compañero regresara a su habitación

 

—¡maldita sea, por poco muero! Hermano eres un bastardo vil y basura, como pudiste abandonarme, sabiendo que Fay estaba en celo…

 

—¡tú le dijiste a Erick que estaba de vacaciones! Además, sería muy incómodo si él se escabullía en el cuarto y por lo que veo no estaba equivocado

 

—aun sigues enojado con eso, fue sin querer, además es tu compañero debes ponerle algún alto, él te escuchará ¿no?

 

Cuestiono Bram, haciendo suspirar a su hermano—no sé, tal vez deba castigarlo—medito fijando su vista al techo—porque no le das celos para que sepa lo que sentiste cuando te presentó su harem—dijo Fay tomando su caja de pociones—eso podría funcionar, ¿pero con quién? —murmuró, mientras Fay dándole un beso ligero en los labios a su compañero se marchó a su habitación.

 

—supongo que comenzaré a buscar al candidato indicado, a quién crees que le tenga más celos Erick, a otro vampiro o aún otro hombre lobo…

 

—creo que sería mejor otro cambiante, en especial un alfa, ellos son extremadamente posesivos, por lo que, si le prestas más atención a tu “amante” que, a él, supongo que le molestara al no sentirse el único alfa en la relación.

 

—por fin piensas con algo más que con tu pene, estoy orgulloso hermanito—burlonamente expreso saliendo del cuarto haciéndolo enojar—¡cómo te atreves, eres el peor! —grito indignado, acostándose nuevamente en la cama, suspirando sintió como un peso se le quitaba de encima, ahora solo faltaba que sus padres aceptaran la boda que ellos realmente deseaban, iba a ser duro Bram no lo dudaba, pero tal vez ellos al final cederían, después de todo era su boda y no la de ellos.

 

después de varias horas entre hadas media muertas por la resaca, Bram y su familia se marchó, aún al vampiro le costaba creer como su suegro había caído redondito en el engaño, se sintió algo mal, al ser elogiado al “pasar la prueba” cuando sus suegros vieron a Fay sin flores, si los pobres supieran que ya estaba encinta seguramente lo hubieran castrado y cancelado la boda, aquel conocimiento lo ponía nervioso y ansioso, no porque ellos lo descubrieran, porque seguramente lo averiguarían con el tiempo, sino por cómo sería su hijo, se parecería a Fay o se parecería más a él, sería niño o niña, hada o vampiro, todo eso lo tenía ansioso y no estaba seguro, si sería muy apresurado comenzar a comprar cosas para su hijo, quien diría que hace pocos días atrás había estado aterrado con la idea de ser padre, ahora estaba feliz.

 

—¿qué es lo que estás pensando? —pregunto Fay con su carita llena de migas mientras comía, ambos estaban en la cafetería junto con sus amigos, Dan estaba siendo abrazado por Rodney como ya era costumbre, a la vez que el hombre lobo exigía ser alimentado por el tritón, Amy los fulminaba con la mirada por lo ridículos que se veían y tres mesas adelante, Kristof parecía querer matar a Rodney, todo eso pasaba de fondo, mientras Bram soñaba despierto.

 

—solo estaba pensando como seria nuestro bebé, crees que podría comenzar a comprar juguetes o algo parecido, es decir aún no sabemos si será niño o niña, pero no se…me emociona comenzar a comprar cosas para él o ella—expresó con una sonrisa, haciendo sonrojar a la pequeña hadita, quien soltando levemente su cuchara tocó su pequeño vientre, aun no se notaba, apenas habían pasado unos cuantos días después de todo, pero pronto comenzaría a crecer y sería más difícil ocultarlo de los padres de Fay quienes estaban acostumbrados a ver a su hijo más en su forma pequeña que grande, Bram rezaba para que no sospecharan.

 

—¿ya tienen las invitaciones para la boda? —pregunto Rodney cortando el leve silencio—¡así! Ya tenemos las invitaciones, pero con todo y lo del bebé se nos había olvidado dárselas—contesto Fay dirigiéndose a su mochila, con un saltito que casi le da un paro cardiaco al pobre vampiro, sacó de su mochila tres invitaciones, entregándoselas a sus amigos.

 

—¡será dentro de tres días! —gimió afligido Dan—que velocidad, pero bueno estaré ahí y ten por seguro que mi regalo será el mejor—se jactó Rodney—¡ha! Sigue soñando lobito, mi regalo será mejor que cualquier basura que les des, he sido amiga de Fay por siglos, así que se lo que le gusta—con la mano en el pecho la sirena afirmó, en su rostro una expresión de orgullo y victorias se veían reflejados, sin embargo, aquellas afirmaciones fueron recibidas con poco interés por el hombre lobo, enojando a la chica, quien fue ignorada porque Rodney estaba prestándole más atención a un nervioso Dan—si quieres yo podría ayudarte con el regalo de bodas—sugirió—no…no se… ¿no te estaría retrasando?

—para nada lindura…

 

Dijo acariciando su dedo índice en la nariz de Dan y acercándose más de lo debido, un estruendoso gruñido se escuchó en toda la cafetería cuando Kristof enojado se levantó de su mesa azotando la silla aun lado, su novia indignada y con una mirada de rabia dirigida a ellos salió detrás del dragón, Bram aún se preguntaba cómo Kristof la aguantaba, siendo tan repelente, “seguramente es un compromiso forzado” medito, no era raro entre los dragones sabiendo cuan baja era su natalidad, ni siquiera en los entre compañeros era asegurando, por lo que no eran raros los compromisos forzados entre dragones, siendo inclusive prohibidos los apareamientos entre humanos masculinos y seres que no pudieran procrear, aun cuando estos fueran compañeros, a Bram le parecía una ley de mierda, sin embargo, los dragones estaban en vías de extinción por lo que la ley era dura por ese motivo.

 

Aquello lo hizo sentir pena por su amigo, no conocía el método de apareamiento de las sirenas y tritones, porque eran en extremo reservados, es más en el libro de reproducción ni siquiera había un capítulo dedicado a ellos, lo que era raro, por lo que suponía era igual al de los humanos, por lo que Dan no le daría los niños que los dragones exigían al ser hombre, si eran compañeros, aquello solo se volvía más doloroso, los dragones no lo aceptarían y harían hasta lo imposible para mantenerlos separados, era realmente cruel, pero al menos ahora Dan tenía amigos y parecía que Rodney estaba interesado, por lo que no estaría solo, con esto en mente Bram tomando una cuchara, sacó un pudin de su mochila y procedió a alimentar su compañero, pues ahora, Fay estaría comiendo por dos, por lo que debía cuidarlo minuciosamente, con amor le dio bocados, asustándose cuando este se la tragó de una, con algo de temor, mirando la adorable carita de su compañero atiborrada con comida rezo, para que todo saliera bien y para que sus suegros no notaran los sutiles cambios, por lo que feliz espero por el día de su boda y que todo saliera según lo planeado.

 

 

Tres días después….

 

Fay con nerviosismo se miraba al espejo, mientras afligido intentaba aplastar un mechón de cabello rebelde—¡esto no está funcionando, me veo horrible y tengo nauseas! —se quejó mirando el reflejo de su amiga a su izquierda, ella estaba sentada en un sofá contiguo a la ventana—por milésima vez, ¡te ves bien! —abanicándose repitió, preocupando a Fay—segura que te sientes bien…es tu celo ¿verdad?, sabes no tienes por qué estar presente, sé que siempre lo pasas en la Atlántida por lo fuerte que es.

 

—no tienes de qué preocuparte, Alain medio una poción, también le di una a Dan, están molesto que el celo de una sirena afecté a otra, pero estaremos bien, Alain es un maestro haciendo pociones…

 

—es la primera vez que escucho sobre eso…en serio el celo de una sirena le provoca el celo a otra, ¿segura que estarán bien ustedes dos?…

 

—por supuesto, sin embargo…ahora tendré que matarte por lo que acabas de escuchar—en modo burlón contestó la sirena, estremeciendo a la pobre hada—¡no te obligue a decírmelo! Es más, ni siquiera diré nada, porque no se nada, ni escuche—se quejó nerviosamente el chico, mirándose nuevamente al espejo, suspirando de frustración al ver nuevamente aquel molesto mechón fuera de lugar, llevaba un hermoso e inmaculado traje blanco acompañado por un ramillete de flores de cerezo en el bolsillo delantero de su chaqueta, todo aquello según la mirada crítica de Fay era arruinado por un tonto mechón en la cima de su cabeza el cual parecía indomable

 

—¡estoy harto, lo cortaré! —apresuradamente rebusco entre sus cajones una tijera, pero Amy lo detuvo, poniendo algo de saliva en su dedo pulgar, con el rostro asqueado de Fay bajo el mechón—¡asqueroso! Porque lo hiciste sirena malvada…—gimió el chico corriendo apresuradamente al baño, segundos bastaron para que Amy escuchara las arcadas—¡hay, que sensible, para tu mayor información mi saliva es mágica, soy medio bruja por si se te olvida—reprocho, detrás de la puerta escuchando como el pobre Fay vomitaba en la taza, preocupada entró, encontrándolo casi moribundo abrazando el inodoro—el embarazo te tiene mal—susurro burlonamente—voy a matarte, enserio que lo haré sirena tonta—gruñó débilmente apenas poniéndose de pie, su traje estaba desarreglado y tenía una horrenda mancha en la corbata—Amy con un chasquido de sus dedos lo dejo inmaculado nuevamente.

 

—sabes creo que sería mejor que tomaras algo para “eso” es la cuarta vez que te arreglo y si estas así en plena boda a tus padres les dará un infarto y luego lincharan a tu compañero

 

—lo sé, pero…—saliendo del baño en uno de los cajones inferiores del tocador, Fay sacó una raíz roja, con asco y dificultad la mastico—es horrendo, esta cosa es picante y sabe mal, la odio—sollozo tragando y luego mordiendo sus labios rojos por el picante, en ese instante la puerta se abrió—¡hay! Mi niño te ves tan lindo—lloró su madre yendo a abrazarlo estrepitosamente, Amy a su espada cerró la gaveta disimuladamente con una leve patada—en serio mamá, yo no estoy seguro, crees que le guste a Bram como me veo—pregunto nervioso mirándose otra vez en el espejo—por supuesto que le gustara y si no lo hace lo castrare—respondió la mujer mirando el reflejo de su hijo en el espejo—¡mamá! Podrías dejar de hablar de castraciones frente a Bram, lo ponen nervioso por si no te has dado cuenta—se quejó a lo que la mujer solo rio diabólicamente—por eso es que lo hago, además algún escarmiento debe tener por corromper a mi bebé antes de tiempo—Fay rodando los ojos, miró a su madre con desaprobación, pero antes que pudiera quejarse, su padre entró—ya es hora…—dijo con lágrimas contenidas el verlo—te ves tan hermoso, ¡ese asqueroso vampiro no te merece!

 

—¡papá!

 

Con frustración exclamó, pero ambos lo ignoraron, por lo que suspirando de frustración con paso acelerado camino por el pasillo siendo acompañado por Amy, ambos se detuvieron a la salida del hotel esperando a sus padres, cuando estos los alcanzaron, su padre, ahora sí, llorando lo escoltó hasta la playa donde sería su boda, a Fay y Bram les había costado horrores convencerlos de cambiar los planes, pero al final todos habían concordado celebrar la boda en una playa a las orillas del mar, no era como el plan inicial de Fay, pero era bastante parecido por lo que al final lo acepto, aunque el centenar de persona desconocidas en su boda aun lo seguía molestando, ignorando a todos únicamente se concentró en el hombre que estaba frente suyo, Bram estaba en el altar, su traje era negro y su cabello recogido hacia atrás lo hacían lucir realmente sexy, sonrojado y nervioso a muerte, camino acompañado por su padre por la alfombra blanca repleta de pétalos de rosa.

 

—te ves…hermoso…—expresó su compañero con una voz profunda y tomando su mejilla estuvo a punto de besarlo siendo detenido por el sacerdote y un por puntapié de su suegro, avergonzado el vampiro se alejó un poco, pero sin soltar sus manos en el proceso, ambos mirándose con amor, bajo la luz de luna, apenas escucharon las palabras mágicas del ritual.

 

—entonces usted Fay Aliost acepta el ritual de unión con su compañero Bram Hylair, para estar juntos eternamente y unir sus líneas de vida, así como sus corazones bajo la bendición la diosa Laynir

 

—sí, acepto con amor ahora y para siempre—contesto Fay sonrojado con una sonrisa boda y lágrimas contenidas—y usted Bram Hylair acepta unirse a Fay Aliost bajo esta luna santa y la bendición de nuestra diosa.

 

—acepto con gusto, ahora y para siempre dándote mi corazón—contestó haciendo sollozar a Fay, quien sin esperar ni un segundo más se lanzó a besar a su ahora esposo, a su alrededor caían gotas de roció brillantes, estas tenían un aroma dulce, mientras en el dedo anular de ambos un anillo parecido a una enredadera se iba tatuando, gracias a la magia del ritual, la tinta mágica brilla dorada iluminando la leve oscuridad junto con las diminutas luces que la diosa hizo aparecer cuando bendijo la unión, todos aplaudieron y hasta algunos parientes de Fay estaban llorando junto con Dan quien estaba siendo consolado por Rodney, todos parecían contentos hasta incluso Alain, quien se encontraba en las silla de detrás de la pérgola estaba luciendo una sonrisa, junto a él estaba Amy con ojos de amor y expectación, todo estaba en paz y relativa calma y nadie se imaginaba la tormenta y problemas que vendría dentro de poco, pero por ahora todos festejaban la unión.

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